lunes, 23 de junio de 2008




PALABRAS FANTASMAS

El tema de los fantasmas, aquellos de las sábanas blancas en tiempos de la posguerra que amedrentaban en las noches y que engendraban hijos sin nombre, parecía estar esfumado del escenario de una sociedad democrática, madura y libre en la que las nuevas tecnologías, el progreso en general han ido desbancando mitos para mostrar a rostro descubierto verdades y realidades.
En fin, eso es lo que correspondía pero resulta que aquellos desaparecidos espectros han sido sustituidos por otros que sin máscara alguna y sólo con el poder de los medios se tornan tan fantasmagóricos que amedrantan, no a un pueblo, desmayo de contienda, sino a los ciudadanos por completo que no sólo se tornan eco sino que, como mecanismos robotizados, obran en consecuencia.
Palabras fantasmas, sí, que nos ponen alas y que sin pausa nos lanzan a prevenir y blindarnos de las posibles hecatombes anunciadas. En estos días, las palabras crisis, huelga... ¡para qué contar el pánico desatado! Con respeto me pregunto: ¿pero de qué hablamos?
Nada nuevo los apuros económicos de muchas viudas, de muchos padres de familia, parados o sin parar que con un salario mínimo pasan auténticas calamidades, pero ¿qué pensar en clave de crisis, si echamos una miradita a las Primeras Comuniones, recientemente celebradas? ¿Y a la pasada Feria? Con los precios por las nubes y abarrotada a todas horas. ¿Y el Rocío? ¿Y las terrazas?
¡Claro que han subido las hipotecas, y el petróleo, y la luz y hasta mi maceta de albahaca! Pero ya está bien de fantasmas en mi vida porque la realidad que me rodea, que palpo, es que las palabras van por un camino y los hechos por otro.
¿No será también que anda suelto por medio algún fantasma? No al despilfarro, no al competitivo consumo, pero vivir con la soga al cuello de palabras fantasmas, ¡ni hablar!
* Escritora y profesora

miércoles, 18 de junio de 2008

TURNO DE PADRES



Un año más vacacionamos estás páginas, ventana que nos permite mostrar opiniones, noticias, inquietudes, proyectos, etc. en esta gran aventura que es el educar y que, en breve, será competencia en absoluto de los padres.
En mi nueva obra, ´Buenas ideas para educar a los hijos expongo, de forma sencilla y práctica, infinidad de ideas para una convivencia feliz y constructiva con los hijos, nada más conveniente y necesario para este tiempo de vacaciones.
El mejor legado - Battista - de un padre a sus hijos es un poco de su tiempo cada día. ¡Qué hermosa frase ésta con la que coincido totalmente! ¡Y cómo recuerdo las tardes en las que mi padre, tras terminar su trabajo, nos dedicaba tiempo en sana y relajada convivencia para compartir enseñanzas, historias, educación, en definitiva!
Poco tiempo o ninguno es el que se le dedica, hoy, en exclusiva a los hijos, dado que, por una parte, delegamos -absurda trampa- por completo en los profesores de turno, y por otra, el apretado horario que llevamos nos impide ocuparnos directamente de todo lo concerniente a su educación.
Bueno, pues, más o menos, un mes disponemos para proyectar con ellos actividades que de seguro marcarán huellas en su vida y para siempre. El espléndido calor que reinó sobre mi infancia -Camus- me ha privado de todo resentimiento.
Queridos padres: Programar paseos, lecturas, excursiones, secciones fotográficas, hablar, pero sobre todo promover temas y escuchar, sonsacar opiniones, ir al cine, ver la tele, etc. siempre bajo vuestra atenta mirada, siempre con la mirada puesta en el mismo cielo, pero, eso sí, con diferentes ojos porque en los nuestros puede haber desencanto pero en los de nuestros hijos tan sólo hay ilusiones por estrenar. Colaboremos a que cada estreno sea una fiesta de futuro.

miércoles, 11 de junio de 2008

ALGO DISTINTO




La verdad es que si buscamos lo positivo de lo ordinario, podemos llegar a convivir a gusto con las rutinas que bien llevadas son alimento que, como el pan, necesitamos, simplemente, porque nos hemos habituado a que no falte en nuestra mesa.

Pero, ¡claro!, corremos el peligro de acostumbrarnos tanto a ellas que no percibamos lo singular, lo que deberíamos ver y publicitar a todos los niveles.

Y es que nuestros cinco sentidos han caído en la pereza de no ejercitarse y dejarse llevar por lo que tan cómodamente nos cae de forma gratuita. En parte es cierto que la rutina informativa, por ejemplo, un día y otro, es tan repetitiva, machacante y negativa, que verbalizamos o pensamos: ¡Más de lo mismo!

Sucede, no obstante que, de vez en cuando algo distinto se cuela en esa secuencia diaria de reportes clonados de un día para otro y que terminan por ser encefalograma plano de cara a nuestra vida, río imparable, que debería serlo en crecidas, alimentadas por esos mensajes que resultan subliminales ya que pasan por debajo de nuestra percepción tan dispersa o proyectada en otras direcciones.

Bueno, pues algo distinto, un sencillo gesto me conmovió profundamente en días pasados. Y ¡claro!, dada la inercia a la que me he referido, poco o nada se ha comentado. Fue un instante informativo en televisión, al que de forma anónima ilustró una imagen. Se daba la noticia de cómo tras varios días bajo los escombros en el terremoto de China se rescataba con vida a un medio moribundo bebé. El hecho, auténtico e inexplicable milagro, pero la imagen grabada en mis retinas, tierna, humana, maravillosa… una mujer policía, supongo, lo acunaba en sus brazos y lo amamantaba con la leche de sus pechos.

Aquel gesto y la sonrisa del bebé fue algo tan humano y tan distinto que bien merece categoría de gran noticia: Todavía hay seres humanos por el mundo

lunes, 9 de junio de 2008

sábado, 7 de junio de 2008

lunes, 2 de junio de 2008

ANDALUCÍA EN LAS AULAS


Hace años que todos nos quejamos del poco rendimiento de los alumnos, así como de la indisciplina que campa por sus respetos en los Centros y ante la cual los profesores sufren de impotencia, desilusión y hasta depresión, en una sociedad enfrascada en un debate comparativo acerca de cómo los maestros hoy han perdido autoridad y dignidad. No obstante, desde estas páginas, y coincidiendo con el Día de Andalucía y el Día de la Educación, creo necesario hacer un breve recorrido por la legendaria historia de la educación en nuestra tierra, gran puente entre el ayer y el hoy. El recuerdo es el único paraíso del cual no podemos ser desplazados, y precisamente corren tiempos en los que ignoramos o se nos ha olvidado de dónde venimos.

Dicen que los maestros antes teníamos dignidad, pero protagonizábamos el popular dicho de tener más hambre que un maestro escuela. Teníamos dignidad, dicen, pero nuestras aulas, en muchos casos eran cuadras mal habilitadas para dar cabida a sesenta, setenta… alumnos.

Teníamos dignidad, eso dicen, pero hasta los pozos ciegos que hacían de váter, teníamos que limpiar. Hay una frase de José Martí, con respecto a la dignidad, que siempre he hecho mía; Vale más -dice- un minuto de pie que una vida de rodillas. Peor que de rodillas caminábamos en tiempos pasados por pueblos y aldeas de nuestra tierra. Era un subsistir en el caos tremendo que suponían los rigores de una vida sin nada. No obstante inventábamos alas cada día, responsabilidad, dignidad, entonces, sí, ante el escenario de aquellos niños, que hoy calificamos de disciplinados, disciplina que entonces era tan sólo una sumisión despreciable, miedo, ignorancia y mucha pobreza.

De esa “dignidad y disciplina” pasamos, hace ya, en Andalucía a un caminar erguidos por tiempos nuevos, situándonos en un presente en el que al fin, desde mi punto de vista, y me emociona el pensar en ello, el magisterio es, al fin, un cuerpo digno. Sí, grandes y bien dotados Centros Escolares, Profesorado especializado, reducido número de alumnos por aula, Nuevas Tecnologías y un largo etcétera son una innegable realidad a la que cabría añadir un cierto bienestar económico que nos permite legítimos derechos. Pero nuestros alumnos ya no son aquellos pequeños “disciplinados” que como mucho abrían la boca para contestar: servidor de Dios, de usted y de todos los presentes, los alumnos típicos de la educación formal urbana, y quizás también de ciertas áreas rurales, tienen una estructura mental posmoderna, no sistemática, no recipiente de normas, no sumisa a órdenes establecidas... Piensan y se comportan en fragmentos incoherentes, con una lógica de cambio permanente. Es por eso que el rol del profesor no debería ser ya, como hasta ahora, el de depositario del saber, el de portador de la palabra y de la información. La referencia única y jerárquica. Tampoco podrá seguir teniendo como referencia la unidad espacial de las cuatro paredes del aula.

Tendríamos que empezar a perfilar un educador mediador, investigador, facilitador de procesos de aprendizaje, en el que lo esencial sea el sujeto estudiante, sus intereses, sus capacidades, su individualidad, por un lado, y su globalidad, por otro. .Corren, a todos los niveles, tiempos nuevos que exigen soluciones nuevas, pero jamás un maestro debe arrojar las armas porque el escenario de su actuación sigue siendo el futuro que representan sus alumnos, futuro que debemos construir desde una perspepectiva optimista, ilusionada, creativa porque ellos, nuestros alumnos, serán los protagonistas que mañana cogerán el relevo para seguir construyendo una Andalucía en la que los hombre y mujeres “vuelvan a ser lo que fueron…”

Cito para terminar unos versos correspondientes a un poema de Claudio Serra, titulado Caminates de Sueños y que dicen así: Yo quise en el silencio de la altura retener para el futuro un acorde, el rumor del viento por las alamedas, una voz, unas líneas escritas, un pensar. Caminantes de sueños, maestros, hagamos de Andalucía el verdadero Paraíso de Dar es-selam, paraíso al que aspiramos todos los andaluces; éste es el día y la hora..