martes, 20 de julio de 2010

La Aventura de ser abuelos

DIARIO CÓRODA/CONTRAPORTADA


La aventura de ser abuelos



Isabel Agüera aborda en una guía práctica la relación con los nietos.

20/07/2010 MARIANO ROSA
El último libro de Isabel Agüera nació de la observación. La génesis de Guía práctica para abuelos con nietos viene de "algo muy elemental y propio de mí: me preocupan de los problemas que veo a mi alrededor y que son generales. Y es que vengo observando a muchos padres con los carritos de los niños al amanecer camino de casa de los abuelos".
Este planteamiento tan simple ha supuesto una repercusión "que ni me imaginaba". La escritora y columnista de este diario ha recibido en los últimos días ofertas para ser entrevistada en medios de todo el país. "A las personas mayores de hoy en día les queda un margen de vida para ser felices y si les endosan a los nietos se les acaba su programa", comenta.
Las relaciones entre abuelos y nietos han cambiado porque "antes se reducía a que los abuelos eran cuentacuentos o repartían golosinas, y censuraban o daban consejos". Ahora, "los nietos quieren unos abuelos dinámicos, alegres, que estén al loro de todo y que puedan conversar con ellos". En su libro dice que "los abuelos son un paraíso de ternura" y sostiene que "un nieto es un amor que se duplica porque cualquier cosa que les sucede sufres por tu hijo y por lo que le pasa al niño".
En una sociedad "en la que vivimos corriendo no somos conscientes de cómo van creciendo, de cuáles son sus inquietudes, y los tenemos, a veces, demasiado tiempo delante del televisor", afirma esta maestra que ha tocado la narrativa, el teatro o la poesía en cerca de medio centenar de trabajos. Insiste en que "la responsabilidad de educar es de los padres; no de los abuelos" y que "hay niños que son adictos a las telenovelas".
También hay veces en que "los nietos son el único refugio de los mayores y sugiero que los hijos piensen que los abuelos no son las guarderías más baratas".
En el libro da algunas normas y contiene "una propuesta de juegos" frente "a las historias impropias que cuentan muchas abuelas; historias de miedo que los amedrantan". A lo largo de tantos años de maestra recuerda el caso de una alumna que no quería salir al recreo. "Un día le pregunté y me respondió que su abuela le decía que el sol soltaba una mona que se llevaba a los niños, cuando lo que quería la mujer era que la niña no saliera a la calle".
La obra "tiene una parte formativa para los abuelos, y luego una serie de propuestas para cosas muy sencillas: proponerle que ayuden en la casa, regar las macetas. Que no estén todo el tiempo inactivos".
Con sus nietos tiene a lo largo del año "varias convivencias, promovidas por mí, y les mando una invitación por correo". Expone el programa "con concursos, la merienda, los juegos... aseguro que estos niños no se acuerdan de poner la tele".
Su idea es que "somos nosotros los que tenemos que ir a su terreno y hacernos niños". De todas formas, "si hay que ver la tele, se ve; pero con ellos".

martes, 13 de julio de 2010

Aquí hay tomate


 13/07/2010 ISABEL Agüera
DIARIO CÓRDOBA/OPINIÓN
Con estas temperaturas y el morbo del fútbol, ¡para qué lo difícil que resulta dar en el quid de algo que interese al personal! Es por eso que "mi canción del verano" la voy a dedicar a narrar relatos que en un tris nos dejen así como exclamando: ¡Aquí hay tomate! Y sin más preámbulo, allá que voy con el primero que he bautizado con el tierno y romántico título de "Una flor para él".
El, octogenario, cargado de dolores e impotencias, vivía solo en casa de vecinos en un viejo barrio. Cada mañana, en invierno y verano, doblado un sobre un arcaico bastón, salía cada día. Ella, en idénticas condiciones, arrastrando un carrito andador, lo más aseada que alcanzaban sus menguadas capacidades, también salía. El y ella tenían como fin un destino común: la caja de ahorros del barrio. Allí, sentados, con el beneplácito del personal, pasaban las horas uno junto al otro, en silencio, viviendo en complicidad el aire acondicionado en los rigores del verano y la calefacción en los helados inviernos. El un día faltó. Ella, limpiándose los ojos con un pañuelo amarillento, repetía a unos y otros: Se ha muerto, ha sido de repente.
Y a partir de aquel día, ella, cada vez más a rastras con su andador, llegaba puntual y entre sus manos, sin fallar ni un solo día, una florecilla cualquiera que colocaba en la silla vacía de él y por su mente un solo pensamiento: ¿Quién se encargaría de que no faltara la flor cuando ella se fuera?
¡Qué barbaridad y qué ternura! Gente así de chula, haberla hayla, porque, por mucha cara que echemos y por mucho que nos escondamos nuestro corazoncito, no dejamos de ser otras con nuestra respectiva perla escondida.
¿A que aquí hay tomate? Y mi cuento no es cuento sino realidad que con estos ojitos vi, sentí y...  ¡Por favor que son las siete de la mañana del lunes y las dichosas vuvuzelas truenan todavía por mi avenida!

viernes, 9 de julio de 2010

NOTICIAS

NOCIAS SOBRE MI NUEVA OBRA

http://www.diariodelasierra.es/2010/07/06/una-guia-desvela-las-claves-para-que-lo-abuelos-hagan-del-cuidado-de-sus-nietos-un-experiencia-divertida-y-pedagogica/


Editar Suprimir ↑ ↓ http://www.abcdesevilla.es/agencias/noticia.asp?noticia=444478

Editar Suprimir ↑ ↓ http://www.cope.es/cultura/08-07-10--guia-practica-abuelos-nietos-estrategias-una-experiencia-divertida-191728-1

viernes, 2 de julio de 2010



Querido moises


29/06/2010 ISABEL Agüera



Hola, mi querido Moi: te escribo aquí, en la hoja grande, como llamabas tú al periódico, porque hoy la casualidad nos puso frente a frente, cuando, con lágrimas en los ojos y tus notas en la mano, salías del instituto. Aceleraste el paso al verme y dándome un beso susurraste: "Me han suspendido matemáticas, y no es justo porque las llevaba bien y notable y me salía aprobado". Al llegar aquí, la voz se te rompió en congoja por lo que, echándote mi brazo, te dije: ¿tú has hecho lo que debías? ¿Te has esforzado? ¡Claro! Si todo lo hice bien, pero me equivoqué en una cuenta del problema- ¿Y no puedes recuperar? ¡Qué va! --exclamaste con rabia--. Dice el profesor que no hay segundas oportunidades, que me espera en septiembre. Se me parte el alma recordando tus ojos de lágrimas y tu impotencia ante lo que considerabas, y creo que de ser como lo contabas, lo era, injusticia. Tú eres un todo terreno para muchas cosas, pero, como todos, no en el mismo grado para todas. Eres inquieto, curioso, observador, eres, y así te veo en el futuro, un gran investigador. Todo te interesa, todo te preocupa y todo te afecta hasta límites impropios de tus años. Siempre, a mano alzada, una pregunta que hacer, una injusticia que denunciar, una rabieta que contener. Tal vez sea todo eso lo que no te perdonamos muchos de tus educadores; lo que nos molesta: queremos alumnos sumisos, callados y no con la mano en alto, sino con la boca abierta para tragarse nuestras manías, para obedecer sin preguntar, para tragarse nuestros malos humos y hasta nuestras injusticias. ¡Claro que te mereces esa oportunidad que pides! ¡Y claro que llevas razón en lo de la evaluación continua! ¿Para qué si no sirve? Tu esfuerzo, cuenta, tus evaluaciones anteriores cuentan y cuenta ese deseo tuyo de una segunda oportunidad. Te la mereces, hasta ese maestro que olvida qué cosas cuentan al evaluar...



* Escritora y maestra