martes, 31 de julio de 2012

¡Vaya guirigay!

DIRIO CÓRDOBA/OPINIÓN
ISABEL Agüera
31/07/2012


Hoy día debates y tertulias vienen a ser el plato fuerte en medios de comunicación. Y a falta de una buena peli o de un relajante documental sobre gorilas y esas cosas, pues, bueno, tras zapear por más de sesenta o cien canales, aterrizamos en el tal vez prometido interesante debate o amena tertulia.
Pero, pregunto yo, ¿usted se entera de algo? Aquí, menda, de nada. Y bueno, también el oído va fallando pero de eso bien que se encargan los distinguidos participantes porque ¿usted ha oído cómo gritan?
Me crispan los nervios, me sacan de quicio y hasta me hacen repetir en el mismo  tono, ¿pero por qué no te callas? --¡qué original, no!--. Mi pregunta, que me repito en muletilla, va dirigida a los moderadores: ¿Pero por qué no moderan? ¿Por qué dejan que los participantes hablen a la vez, se quiten la palabra, se interrumpan, etcétera? ¡
No me veas, si el debate o tertulia versan sobre temas políticos! Creo que es consigna, aprendizaje, estrategia para que no se oigan las razones del adversario.
Palabra, según la RAE, es el sonido o conjunto de sonidos articulados que representan una idea. También, acto o derecho de hablar a alguien: dirigir la palabra; pedir la palabra; conceder la palabra...
Sucede que, como en otras muchas cuestiones, damos la patada, en este caso, a la Real y propugnamos el prima io, secondo io.
Estoy convencida, y me lo repito siempre que me toca el turno, que para defender una idea, un pensamiento o un melón no hay que agredir al contrario sino dejarlo que hable hasta reventar, porque, en primer lugar, seguro que se descalificará solito y segundo porque la velocidad se demuestra andando y no gritando.
Cómo me gustan los que callan y escuchan, los que serenamente defienden, exponen, condenan, con respeto y esa sutil elegancia que reviste la palabra de armonía. ¿A que usted, lector, está de acuerdo?



* Escritora