lunes, 5 de diciembre de 2016

Mayores y Constitución


Buenos días, amigos: hoy, Día de la Constitución, he querido  dedicar mi artículo a los 
mayores, ya que, como os he dicho alguna vez, los niños y los mayores son mi gran debilidad, y en este tiempo casi más los mayores que tras una vida dura de trabajo, se encuentran en lamentable estado, tanto económico como social. Por eso, si os apetece leed mi artículo y opinad.
  
DIARIO CÓRDOBA/OPINIÓN 

 La Constitución Española en su artículo 50 dice: Los poderes públicos garantizarán mediante las pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos de la tercera edad. Así mismo y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales, que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio. 
¡Cuántas veces he leído la Constitución! Ayer mismo fue la última y tras escuchar a un anciano que con resignación se lamentaba de no poder comprar las medicinas, no poder poner algo de calefacción, etc. Llega un momento --decía-- en el que el alma no cabe en el cuerpo porque una cosa es querer aceptar y seguir viviendo y otra poder. Me pareció entenderlo, porque los años, pasito a pasito, nos van segando, o al menos debilitando, facultades a todos, pero si a eso le sumamos, tras una vida de trabajos, sin un mínimo de bienestar, la cuesta arriba se hace imposible. Mucho valor hay que derrochar ante tan tremendo drama de los que se van aproximando a la vejez o están ya en ella, y se encuentran y se sienten estorbo en una sociedad que no solo se olvida de este sector, sino que los poderes públicos se pasan por alto lo que constitucionalmente les corresponde: suficiente economía, vivienda, problemas específicos de salud, cultura, ocio, etc. Ahí quedan los mayores, soportando amenazas constantes a su reducida pensión, y ahí están sufriendo dolores por no poder comprar medicamentos que se los alivien, ni un poco de calor que los minimice y, muchas veces, demasiadas, en soledad. Llega el momento que todo llega a dar error y hasta de alguna manera, hay que justificarse ante los demás por seguir existiendo. Creo que es día y hora para plantearnos una pregunta: ¿somos justos con los mayores?


¿Dónde vas,amigo mayor ante la indiferencia de todos que no caemos en la cuenta de que un día nos podemos ver soportando la carga de seguir viviendo? Tú no eres un estorbo, tú no eres una carga, tú mereces cariño, calor, atención... tú mereces seguir viviendo