miércoles, 8 de junio de 2011

Corre que te pillo

                                                                     

ISABEL Agüera (08/06/2011)

Diario CÖRDOBA


Tengo un "saltaero" --decía una buena mujer-- que no puedo parar. Me hizo gracia la palabreja, más que nada por lo cabalmente que definía al estrés, ya que por experiencia de años puedo asegurar que es como una cuerda loca que se nos dispara sin que podamos controlar y que nos produce tal nerviosismo que una alucinante prisa en todo y para todo se nos instala sin causa que la justifique.
Y es cierto que corren años de tantas prisas para todo, que uno llega a preguntarse: ¿se habrá terminado el tiempo? Porque de la mañana a la noche vivimos en un corre que te pillo imparable. Y allá que vamos, que nos asfixiamos, a los médicos, a los bancos, al trabajo... ¡Qué barbaridad!
¿Y cuándo se supone que vivimos? Porque el estrés nos alimenta pero nos resta lo más importante: vivir los momentos, ver qué hay a nuestro alrededor, quién nos necesita, qué merece la pena, por quién doblan las campanas.
Es curioso observar cómo los seres humanos, dotados de tantos talentos para lograr la felicidad, andamos perdidos en un vivir estresante. Y la vida se torna tal carrera que, interiormente, uno se siente perdido en negra noche donde para siempre se hubiese apagado la luz del sol. Se nos van los días sin un solo espacio vacío para tomarnos el pulso y comprobar cómo sigue funcionando nuestro corazón.
Vivimos muriendo, cuando no tenemos tiempo para un vis a vis con ese otro yo que nos grita: Ora et Labora , y si no nos va el ora cambiémosle por laboris quietisque : trabaja, descansa y mira, cada noche, cómo siguen luciendo las estrellas.

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