sábado, 22 de diciembre de 2012

Felicitación

Un mundo mejor para todos, pero en especial para nuestros niños y niñas, es lo que deseo y, desde esata pequeñisima porción que me corresponde, alargo mis brazos  para que llegue a todos  mi gran abrazo.

martes, 18 de diciembre de 2012

De grandes y pequeños

EDUCACIÓN/ DIARIO CÓRDOBA
 19/12/2012

EL SOL SALE Y SE PONE POR IGUAL
PARA GRANDES Y PEQUEÑOS
En una ocasión llevé una pequeña pecera al aula. Se trataba de un curso de tercer nivel. Por turnos, se encargaban de ella grupos de tres o cuatro alumnos. Un día, una pequeña alarmada exclamó: ¡maestra, uno de los peces chicos no está! ¿Qué le habrá pasado?
Sin darle mayor importancia contesté: se lo habrá comido uno de los grandes.
Se quedó unos instantes pensativa. Después preguntó: si el pez grande se come al pez chico, el último de la fila, ¿a quién se come? A la ligera improvisé una contestación: Pues, los chicos se comerán unos a otros. ¡Ah! -exclamó de nuevo-. Y añadió: ¿Y por qué los grandes no se comen también a los grandes? Comerse a los chicos es de cobardes. ¡Los pobres chicos estarán siempre asustados!
La verdad es que en aquel momento me quedé en silencio pensando en darle mejor respuesta, pero me repetía una y otra vez: los niños no saben razones de "grandes" ni de "chicos", pero, eso sí, saben mucho de justicia.
Y esto no es un cuento inventado al hilo de la actualidad.
En mi obra Bolitas de Anís , editada por Descleé hace años, cuento esta y otras muchas anécdotas vividas y reflexionadas en la que los alumnos han resultado ser maestros de grandes y razonables verdades, muchas de las cuales a los adultos nos pueden resultar complejas.
¿Por qué el pez grande no deja en paz al chico? Pregunta que a lo largo de estos años ha sido una constante que me he repetido en cientos de ocasiones. Y es que se da la paradoja, a veces, de repetir la historia de mi pecera a todos los niveles.
Nunca, pero menos hoy, la distancia entre mayores y pequeños puede ser tal que anulemos con nuestros convencimientos, con nuestras verdades, las opiniones de los más pequeños, de los alumnos, en este caso, que pasaron de ser receptivos y silenciosos a desafiantes "pececillos", capaces de "devorarnos", si nos descuidamos. Sería lo justo.







lunes, 10 de diciembre de 2012

Andares del cangrejo

OPINÓN/ DIARIO CÓRDOBA
ISABEL Agüera 11/12/2012


¡Que no, que no, que los cangrejos no andan hacia atrás! De toda la vida el popular dicho, "ir para atrás como el cangrejo" hacía alusión al retroceso de personas o circunstancias que nos remitían a un pasado muerto y enterrado hacía tiempo.
Pero el dicho no es para nada exacto: los cangrejos no caminan hacia atrás. Caminan, eso sí, de lado. Y puestos a una reflexiva lección de cangrejos, concluyamos que esa es la manera en que tienen curvadas las patas y así pueden esconderse en pequeños agujeros para librarse de afilados y posibles dientes. O sea que no retroceden porque si así fuera, ¡batacazos que se darían! Y para muestra demos tres pasos, dos o uno caminando hacia atrás y ¡ya veremos!
¿Que vamos camino de volver a la educación de los cincuenta? ¿Qué nos vamos a quedar sin nuestros hospitales? ¿Que vamos a tener que volver a comer pan de maíz y arroz de trigo? ¡Qué va, qué va! Esa historia pertenece a un pasado tan enterrado que ni los más nostálgicos podrían resucitar. Caminamos, eso sí, algo sesgados porque el déficit, la prima, el PBI, la crisis... -¡madre mía qué de palabrejas nos asaltan!- ahí están, creando desánimo, depresión, ansiedad, miedo, despidos, amenazas que nada más abrir los ojos nos incitan a volver a cerrarlos y dormir, lejos de estos espectaculares y demoledores escenarios.
Y digo yo: ¿No será que nos curvamos para defendernos? ¿O tal vez hemos perdido la ilusión y esperanza, y sí que nos hemos descarriado bien?, porque, como dice el poeta: No se mantiene absolutamente nada sino por la infanta Esperanza, porque por ella todo siempre empieza de nuevo...
¿Empezar de nuevo? ¿Partir de cero? ¡Si hace siglos que izamos el RIP a la miseria! ¡Si ya tenemos  hecho mucho camino! ¡Menuda tarea a nuestras espaldas!
 No, mejor enderezar la nave y que el progreso se mueva, se promocione.  porque quedarse parados, de toda la vida se ha dicho, es ir para atrás. Y, ¡uf,  más que batacazo sería!
¡Lo que puede dar  de sí un cangrejo!









martes, 4 de diciembre de 2012

¡TÚ ´SÍ QUE VALES!

EDUCACIÓN/DIARIO CÓRDOBA
 05/12/2012


En un quinto curso de la pasada EGB, me llegó un alumno tan desmotivado que no encontraba estrategias, por más que lo intentaba, para lograr, al menos, un mínimo de interés por algo.

Un día, en hora de plásticas, dibujó un barco. ¡Vaya! -exclamé-. ¡Qué bien, qué bien está; te voy a poner un diez, y como sigas así, que tú puedes, vas a aprobar todo! La felicidad le salía a flor de piel y por los cinco sentidos. Mirándome y mirando el dibujo, exclamó: ¡Mi madre no se lo va a creer! El otro maestro me suspendía siempre. Decía que yo era vago, desobediente y que no servía ni para poner la mesa.

Pasaron días y, tras la euforia del diez, volvió a un perezoso total para todo. Decididamente, tenía que hablar con la madre.
A la hora de visita se presentó con el niño de la mano. Antes de que me diera tiempo a pronunciar una palabra, exclamó: Que dice mi Paco que me quiere felicitar por el diez que le puso. ¡Ya era hora de que me llevara una buena nota!

¡Bueno, bueno! ¡Ni me acordaba del diez! Así que, sin más, tuve que remitirme a él: Pues sí, es bueno y trabajador pero tiene que mejorar porque puede y lo demostró con el dibujo, etc. Y aprobó el curso y sé que hizo una buena carrera.

Es muy frecuente que, al tratar de corregir, calificar o evaluar alumnos, usemos la técnica que denomina Thomas Gordon "mensajes del tú", -eres un desastre, no vales, etc.- porque lo único que se logra con estos mensajes es afianzar la imagen negativa que de sí mismo tiene el alumno.

Por el contrario, estimularía, provocaría el diálogo, si dijese: Esto lo puedes superar; tú eres bueno y lo demostrarás con un poco de esfuerzo, etc., -mensajes del yo-.
El ejemplo fue lo que sucedió con mi alumno Paco, al que valoré, aún sin conocer entonces esta teoría.

¡Como nos crecemos todos cuando alguien nos dice qué bueno eres en esto o en lo otro y qué bien lo haces! ¡Tantos y tantos alumnos/as salvados tan solo con decirles. al menos una vez, tú sí que vales!







martes, 20 de noviembre de 2012

Lo más importante para niños/as

EDUCACIÓN/DIARIO CÓRDOBA
  21/11/2012 I. AGÜERA


En una ocasión me preguntó un niño: Maestra, ¿qué es lo más importante para ti? Sin pensarlo, y porque era verdad, le contesté: Ahora, y aquí, lo más importante eres tú; fuera de aquí, sigues siendo importante pero hay más cosas, ¿y para ti qué es lo más importante? Sin dudarlo, exclamo: ¡Tú, tú eres lo más importante aquí y fuera de aquí!
Conmovida por tan generosa y tierna respuesta, y con gran curiosidad, volví a preguntarle: ¿Y por qué soy yo tan importante para ti? ¡Ea! --exclamó de nuevo--. Porque me juegas y me enseñas.
Jamás las palabras de los niños han caído, para mí, en saco roto, sino que, por el contrario, me han servido, sobre todo, para aprender. Pero el saber qué y por qué era lo más importante para aquel niño, y posiblemente para otros muchos,  me llevó a reflexionar acerca de cómo a veces asistimos a clase casi por rutina, porque es nuestra forma de ganar un sueldo, etc.
Y seguro que nuestras preocupaciones, que sin duda las tenemos todos, nos llevan a un estado de inercia tal que las horas de clase se traducen en horas de mirar el reloj y soportar a los alumnos que, prácticamente, se nos tornan casi invisibles en lo que a sus sentimientos, preocupaciones, que también las tienen, e incluso depresiones, se refiere.
No obstante, basta mirarles detenidamente a los ojos para ver y entender cómo en ellos chispean los sueños y cómo bastaría un poco de atención y amor para ganar por completo su corazón, para convertirnos en lo más importante de sus vidas.
Me juegas y me enseñas --decía el pequeño--. ¡Qué gran responsabilidad! Y sí, la lúdica pedagógica ha sido siempre mi principio metodológico por excelencia. Jugar, crear, aprender...   Etiquetas que deberían enarbolarse en la mente de todos los maestros, porque seguro inundarán las mentes de todos los alumnos.
Un niño --escribí-- es un sueño.
Un maestro, la almohada donde conciliarlo.







lunes, 12 de noviembre de 2012

Día Internacional del Hombre

OPINIÓN / DIARIO CÓRODA
Agüera 13/11/2012

   
Al lado de mi cabaña
tengo una huerta y un madroñal
con mi cabaña y mi huerta, lere,
y mis madroños, lere,
que quiero más.

(Mi padre cantaba esta canción, y hoy la canto yo y  le digo:  También yo, papá, tengo cabaña y madroñal. Y algo de "huerta" Por eso, como tú, no quiero más.)
          ----------------------


Un día más de los muchos internacionales a lo largo del año: el 19 de noviembre, con todo un lujo de objetivos, Día Internacional del Hombre, que es lo suyo.
Para colaborar en la celebración de este día voy a referirme al gran hombre que fue mi padre y el de seis hermanos más y cuyo aniversario es hoy, diez de noviembre, cuando escribo este artículo.
Y es que por más que lo intento no logro olvidarme de aquella madrugada cuando la vida a mi alrededor seguía en rutinas y vulgaridades, y yo, que desde niña lloraba imaginando aquel momento, caí en la cuenta de que algo de mí había muerto también para siempre.
Delante de mí, una última fotografía y en ella su rostro es una mueca de tristeza, ausencia, lejanía en el que no obstante, siguen frescos, vivos, aquellos rasgos de hombre elegante, digno, sabio, bueno, por los que yo me sentía subyugada en mis años de niña, de joven y de adulta. Son muchos los objetivos diseñados para la celebración de este día, si bien para mí, en estos tiempos, destacaría la honradez por encima de todos, pilar este que soporta una gran cadena de valores como la justicia, tolerancia, igualdad, etc.
Dondequiera que trabajéis --nos decía mi padre-- hacedlo con honradez. Dondequiera que pongáis vuestras manos, dejad huellas de personas educadas, responsables, sinceras...
¿Qué más se podría desear y pedir en un día como este? Montos que andan por los suelos, que no hay llave que pueda cerrar manos prestas a sacar del cajón lo que puedan, que no hay reparo en ajustarse al poder caiga quien caiga, que el estraperlo de todo tipo se ha legalizado sin triquiñuelas, que, en definitiva, ya no hay que tirarse con el tren en marcha.
Para mi padre, en este día, las medallas de la honradez, trabajo, educación...
Medallas que reivindico para todos los hombres que, como él, izan valores para lograr un mundo mejor.



martes, 6 de noviembre de 2012

Los niños ante la muerte

EDUCACIÓN/ DIARIO CÓRDOBA
7/11/2012



Mentir a uni niño/a es cerrarle la puerta
de todas las  `posibles verdades.

Un niño de siete años llegó una mañana a clase con los ojos rojos de haber llorado. Mi abuelo se ha muerto --me dijo--, y dice mi madre que se ha dormido, pero yo lo que sé es que el cura se lo ha llevado al cementerio. Tratando de consolarlo, le dije: Es que en el cementerio se guardan todos los abuelitos dormidos... Muy resuelto, y yo diría que indignado, el pequeño exclamó: En el cementerio se guardan los muertos, y si mi abuelo está dormido, mejor que mi madre lo guarde en mi casa.
Avergonzada por mi torpeza reflexioné y me dije: Decirle la verdad es siempre el mejor remedio que podemos ofrecer a un niño. Una tontería para salir del paso puede resultar una mentira capaz de borrar todas las verdades que le queden por aprender en la vida.
Solo han pasado unas fechas del Día de los Difuntos y me parece, por tanto, recurrente el tema de la muerte, que en mucho sigue siendo tabú para la gran mayoría de padres y maestros. Por lo general, hasta los cinco años, los pequeños creen que la muerte no es algo definitivo e irreparable, sino que lo entienden como algo provisional y reversible.
Entre los 6 y 8 años, los niños comienzan a desarrollar un entendimiento más realista sobre la naturaleza y consecuencias de la muerte. Y no podemos evitarlo por mucho que queramos inventar mágicas historias que los alejen de la realidad: Si mi abuela está en el cielo --me decía otra pequeña--, ¿por qué no cae, cuando llueve? Tratar de protegerlos con explicaciones vagas o inexactas puede crearle ansiedad, confusión y desconfianza.
Yo creo que, cuanto antes, debemos educarlos en una aceptación serena de la realidad que es la vida y la muerte como proceso natural en todos los seres vivos.
Las explicaciones como "se fue al cielo" ó "está dormido" crean grandes interrogantes sin respuesta. Abrir, sin miedo, la puerta de la verdad debe ser lo primero siempre.





lunes, 29 de octubre de 2012

¿Hablar o ulular?

 OPINIÓN/ DIARIO CÓRDOBA
iI. Agüera 30/10/2012


¡Cuánta belleza en la sencillez!

Así como es un don de los hombres --dice Molière-- de gran talento decir muchas cosas en pocas palabras, es por desgracia en los sujetos de pocos alcances hablar mucho para no decir nada. ¡Bueno, pues por ahí andamos!
Y resulta que leía anoche un poema que decía: Se oía el ulular del viento- Y, eso, que pensando, me dio por conjugar dicho verbo: Yo ululo, tú ululas, él ulula- ¡Si resulta que ululamos todos!
Siguiendo con las frases dice Tales: Cuida tus palabras; que ellas no levanten un muro entre ti y los que contigo viven. A lo que iba: No son muros los que levantamos hoy día en la comunicación, sino murallones con un hablar y hasta escribir chungo, cargado de ausencias de contenido en un derroche de palabrería que aburre al más santo.
No aprendimos, o se nos olvidó, el arte de hablar o escribir con pocas, sencillas y sentidas palabras sino que ululamos como si quisiéramos rellenar espacios y responsabilidades que nos pesan y que nos hacen caer en una inercia creativa, repetitiva y plagiada, muchas veces, con lo cual creemos cumplir el expediente y no decir nada o en cualquier caso tratando de gritar más que el oponente para así dar más impulso a nuestro absurdo discurso.
¡Que perdida anda la señora oratoria! La elocuencia, el arte de hablar debió quedarse allá, en la historia de la lejana Grecia o tal vez se lo tragó Caliope, porque una aguja en un pajar resulta encontrar conversaciones, conferencias, escritos que con pocas palabras nos digan todo lo que deseamos saber o conocer.
Comprimir sin omitir, comunicar sin recurrir a tecnicismos y cultismos es más que complejo. De ahí que todos practiquemos, en más o en menos, el arte de ulular en lugar del arte de hablar o el de escribir obras sin base de párrafos de aquí y de allá que marean al lector sin saber qué es el grano y qué la paja. (¡Es la moda, niña! ¿Acaso no lo sabes?)



* Maestra y escritora





martes, 9 de octubre de 2012

Reyes y mamás

EDUCACIÓN/DIARIO CÓRDOBA
ISABEL AG ÜERA 10/10/2012




Cierto día, y por sugerencia mía, los alumnos se dibujaban a sí mismos. Un pequeño se dibujó rodeado por un círculo. ¿Qué significa este círculo? --le pregunté--. Eso no es un círculo --me contestó-- ¿No ves que es una corona? Otro alumno se dibujó en lo alto de un pódium: ¿No ves que soy un campeón? --exclamó--. Una pequeña se dibujó con una muñeca entre los brazos. Es que soy una mamá --me dijo--.
Sinceramente, algo se reveló en mí. Largos años ya tratando de educar en igualdad y aquellas confesiones de los pequeños evidenciaban los pocos logros alcanzados, pero, ¿dónde radicaba el fallo? Mi reflexión pronto tuvo respuesta: una madre, que esperaba a la salida a su hijo e hija, exclamó dirigiéndose a ellos: ¿Dónde está mi rey? ¿Y mi niña?
Ni mucho menos voy a responsabilizar solo a la familia. Creo que somos todos los que seguimos, de una manera o de otra, discriminando por razones de sexo, si bien a veces son pequeñas cosas que nos pueden pasar desapercibidas, pero que socialmente nos impulsan en determinadas direcciones.
¿No es verdad que nos resistiríamos a que nuestras hijas asistieran a entrenar fútbol, y no a clase de ballet, pongo por caso? ¿No es cierto que muchos maestros y maestras, inconscientemente digamos, asumimos que los varones son más desordenados, más de dar patadas, más de peores comportamientos, etc.?
Muchas veces he repetido que jamás, en nada, pero sobre todo en educación, existen leyes generales, porque jamás un alumno/a más otro van a sumar dos, luego ni todos los varones son de patadas ni todas las niñas de muñecas y tiernas palabras.
De ahí que, primando siempre la individualización, nuestra mente y nuestros comportamientos deben asumir que no está todo en el lenguaje: o/a, sino en dar prioridad a la igualdad de gustos, oportunidades y, por descontado, de educación.





martes, 25 de septiembre de 2012

Alumnos/as salvajes

EDUCACIÓN/ DIARIO CÓRDOBA
 26/09/2012


 
Explicaba en clase la diferencia entre animales domésticos y animales salvajes. Tal vez, ingenuamente, yo insistía en la cuestión más elemental: Los animales salvajes -les decía- no pueden vivir en cautividad, entre otras razones porque son peligrosos. Por eso, no se pueden tener en las casas. De pronto, un niño levantó la mano y dijo: Entonces, maestra, yo también soy un animal salvaje. Cuando mi madre me castiga a estar encerrado en mi dormitorio o cuando tengo que venir al colegio y tengo que estar callado y quieto, haciendo copiados o fichas, me pongo furioso y me entra una cosa por dentro.

 
La experiencia --Pereda-- no consiste en el número de cosas que se han vivido, sino en el número de cosas que se han reflexionado. Hoy, comenzando el curso, invito a profesores y padres, una vez más, a observar la práctica educativa en el día a día, en el ser humano, uno a uno, y a reflexionar sobre ella, ya que tan dados somos a seriar y clasificar alumnos dejándolos reducidos a números sin tener en cuenta su identidad única.

En mi obra 'Bolitas de Anís' recogí numerosas anécdotas protagonizadas por niños y niñas que me llevaron a reflexionar y sacar trascendentes conclusiones de cara a mejorar mis métodos, actitudes y, sobre todo, conocimiento de la gran capacidad intuitiva y lógica de los niños.
Efectivamente, el niño de la anécdota de hoy llevaba razón. Los niños son alegría, libertad, juego, magia. No obstante, y cada vez a edades más tempranas, exigimos de ellos comportamientos que no les pertenecen, y que cansan y aburren porque se alejan totalmente y nada tienen que ver con su unicidad, con sus intereses, con su capacidad. Oigamos, y reflexionemos por qué un niño no quiere ir al colegio, no quiere copiar, no quiere pasar horas sentado, callado.

¿No seremos responsables de que se sientan tan furiosos como animales salvajes?





miércoles, 12 de septiembre de 2012

Qué necesitan los alumnos para aprender

EDUCACIÓN7DIARIOCÓRDOBA

ISABEL AGÜERA 12/09/2012

Un nuevo curso que debe estar, ¡cómo no!, abierto a la ilusión y esperanza. También yo, desde el aula de mi ordenador, quiero colaborar a que así sea, sencillamente, dejándome llevar siempre, ante todo, por mi amor al magisterio y a los niños. De ahí, que este año quiero que ellos sean los protagonistas que brillen en esta humilde columna.

Decía mi padre, y lo he podido corroborar en otros tiempos, que todo lo que precisa un alumno para aprender cabe en la palma de una mano. Efectivamente, hubo un tiempo en el que los alumnos, al menos los de la escuela pública, asistían a clase cuando podían y con las manos en los bolsillos, si los tenían.

Ni mucho menos quiero decir que esta situación sea deseable ni reivindicable. Atrás quedaron aquellas grandes penurias y habíamos, al fin, aterrizado, en tierra abonada donde era posible crecer y aprender con medios que favorecían y estimulaban tanto a profesores como alumnos.

No obstante, desde mi punto de vista, nos habíamos excedido en medios complementarios como es el tema del material escolar. Grandes listas que pasaban por las más variopintas obligaciones para los alumnos y que los padres aceptaban sin dejar de expresar su malestar por el gasto añadido que a otras muchas necesidades sumaba.
En definitiva, la vuelta al cole suponía un golpe a la economía casera. Muchas veces he repetido, porque así lo creo, que donde hay un maestro y un alumno, hay una escuela. Todo lo demás puede resultar miel sobre hojuelas, pero lo fundamental y necesario no consiste en tener más o menos cuadernillos, cajas, rotuladores, etc. sino en entender que los niños son como vasijas que esperan llenarse con el grifo de nuestra enseñanza, educación y, sobre todo, con el agua fresca y limpia de nuestra verdadera vocación, capaz de sacar de la nada, si es preciso, competencias y alegría.

No los dejemos escapar con las manos vacías.





miércoles, 29 de agosto de 2012

Soy Agorafóbica

DIARIO CÓRDOBA/ OPINIÓN
ISABEL Agüera 30/08/2012

Dedicado, con inmenso cariño, a todos los que sufren ataques de pánico, ansiedad, fobias, en general, que tanto incapacitan y hacen sufirir.

Siempre un faro, pequeña luz que nos señala el camino,
el fin, por muy oscura que sea la noche.


SOY AGORAFÓBICA
¡Pues, sí! Llegó la hora de que explique algunas cositas, más que nada por si le sirven a quien pueda sufrir esta misma fobia. También para los que me ven con el carrito de la compra domingos y festivos y me recuerdan que está cerrado el súper.

Y que no, que no soy ludópata, ni alcohólica- ¡Qué va! Eso es lo que me preguntaba alguien, a media voz: "¿Es que te gustan las maquinitas?". No, querida amiga, tranquila que no van por ahí los tiros. Agorafobia, para los profanos, es una palabra que procede de los términos griegos ágora-plaza y phobos-miedo. Por consiguiente, la agorafobia es un trastorno de ansiedad que consiste en el miedo a los lugares abiertos por insignificantes que sean y el temor a sufrir una crisis de pánico que, súbitamente, aparece con un cuadro clínico caracterizado por el aumento de la frecuencia y presión sanguínea, la respiración agitada, sudor, sensación de ahogo, mareo, temblores, despersonalización y un largo etcétera de síntomas tremendos por el mero hecho de tener que traspasar el quicio de tu puerta o simplemente por estar de pie en medio de un lugar abierto.

Y, sí, yo soy una más de los muchos seres humanos que viven recluidos en sus casas sin ser capaces de dar un paso fuera de ellas. ¡Y claro que sí, que he salido, que he trabajado, que he luchado y que sí que lo sigo haciendo!, pero, ¡cuánta incomprensión! Por ocupar un aparcamiento reservado para minusválidos un tremendo día en el que no me atrevía a salir del coche, perdí a un muy querido amigo. Sonrisas, miradas y un lago, ¡ejem, ejem!, por estar sentada, por ejemplo, mientras los demás permanecen de pie. Mi vida laboral y mi vida en general, un auténtico calvario, desde niña, pero también una superación sin tregua.

No estás solo, querido agorafóbico. Al menos, somos dos. Agárrate a lo que puedas, sal fuera y camina, aunque sea mirando solo el reducido espacio del paso siguiente. Intégrate en el paisaje de la vida, porque todos, de alguna manera, estamos sometidos a presiones, fobias, miedos... Y ten por seguro que sé, exactamente, cómo te sientes.



* Maestra y escritora





Familia y Educación, hoy




Decíamos hace unas semanas  que educar hoy es todo un reto, y basta una breve reflexión para entenderlo y aceptarlo con todas sus consecuencias.

Nos encontramos en una sociedad que nunca antes en la historia la humanidad se habían producido más cambios en menos tiempo, cambios que llegan a los alumnos a sus principales ámbitos de vida: familia, escuela, ambiente.

En este corto espacio analicemos hoy los problemas surgidos en la familia a la hora de educar a sus hijos. Es verdad que existe una preocupación generalizada, tal vez mayor que nunca, por el tema, pero al mismo tiempo, el desconcierto reina a la hora de constatar que para nada les sirve como modelo la experiencia vivida como hijos en su infancia.

Si analizamos algunas de las pautas que marcan esas diferencias educacionales, tendríamos que comenzar por aceptar cómo ha cambiado la propia institución familiar con respecto a la de hace algunos años. Por lo pronto nos encontramos con que, en la mayoría de los hogares, trabajan ambos cónyuges, y siendo esto normal, ha producido el lógico cambio de roles, en muchos casos, en la pareja que se simultanean la atención y educación de los hijos.

Los hijos por su parte estudian, trabajan con horarios múltiples por lo que difícilmente hay comidas familiares. Tampoco la puerta de los pisos se cierra para todos a la misma hora. Los temas de conversación, los gustos, el vocabulario, etc. distan mucho de ser lo que eran.

¿Qué hacer, pues para educar en responsabilidad? Se necesita, ante todo, querer, porque ser padres, educar, hoy es ante todo cuestión de actitud: Los hijos son lo más importante, y deben estar en el número uno de prioridades de los padres, por lo que habría que promover foros familiares de encuentro y diálogo, foros de formación y reciclaje, dejando a un lado ceremonias y discursos y aceptando de antemano que ellos son también hijos de los tiempos, de los medios, de la calle…

Echémosle una mano y para ello nada mejor que escuchar, compartir, convivir y dejar de un lado tantos reproches, reprimendas y comparaciones. Ellos jamás serán copia, repetición de nuestros modelos.

Apoyo, sí, cuando se sientan inseguros. Estímulo, orientación, paciencia, firmeza, humildad, etc. Ingredientes imprescindibles para educar hoy, en familia.

lunes, 13 de agosto de 2012

¡Pobres Jubilados!

DIARIO CÓRDOBA/ OPINIÓN
Isabel  Agüera 14/08/2012


¡Como que no he podido dormir esta noche! ¡Pobres jubilados, sí, y pobres mayores cargados de necesidades y amenazados, al parecer, con bajada de pensiones! Se lamentaba, con lágrimas en los ojos y cargada de razón, una señora que a diario compartimos unos minutos de descanso en el jardín de mis paseos mañaneros. ¿Cómo voy a poder pagar luz comunidad, contribución, seguros, medicinas, IVA, etc.? -decía-. Y añadía: con lo que cobro yo al mes no tienen ellos ni para desayunar un día y dicen que las pensiones también las van a recortar.

Nosotros, vosotros, ellos y la señora del paseo me han dado la noche. Y es que yo estaba con ella que, con tantos motivos, así se lamentaba. ¿Acaso jubilarse, cargado de años de trabajo, conlleva la jubilación de gastos? ¿No es cierto que al día siguiente de la jubilación te reducen la paga a la mitad o menos? ¿Y no es cierto que no te reducen la luz, los impuestos, los medicamentos? Un jubilado, cuando enciende la luz da igual que esté solo o acompañado, da igual que sea o no pensionista, el contador no respeta y el pisito que, con miles de esfuerzos, pasó a ser propiedad, sigue pagando la misma contribución para un habitante que para veinte.

No, no es justo y espero que los temores de la señora no se cumplan porque bastante tienen con sufrir deterioros físicos, soledad, enfermedades y, si acaso, una mantita por los pies para calentarse o un abanico para refrescarse.

Por nuestros padres, abuelos y mayores en general, una reflexión y una protesta que llegue a "ellos", sean los que sean.

No me puedo tragar las palabras. Siempre estuve del lado de los débiles y, en este caso, los jubilados de hoy son, somos, los sufridores de una maldita posguerra que nos privó de hasta  lo más básico, y que, para casi todos y todo fuimos, somos, una generación perdida que, no obstante, trajimos hijos al mundo, vivimos pacientemente bajo el yugo de una dictadura, luchamos hasta volver a poner en pie a España.

¡Pobres jubilados, abuelos canguros y remanso de hijos parados, hoy!


 Escritora






martes, 31 de julio de 2012

¡Vaya guirigay!

DIRIO CÓRDOBA/OPINIÓN
ISABEL Agüera
31/07/2012


Hoy día debates y tertulias vienen a ser el plato fuerte en medios de comunicación. Y a falta de una buena peli o de un relajante documental sobre gorilas y esas cosas, pues, bueno, tras zapear por más de sesenta o cien canales, aterrizamos en el tal vez prometido interesante debate o amena tertulia.
Pero, pregunto yo, ¿usted se entera de algo? Aquí, menda, de nada. Y bueno, también el oído va fallando pero de eso bien que se encargan los distinguidos participantes porque ¿usted ha oído cómo gritan?
Me crispan los nervios, me sacan de quicio y hasta me hacen repetir en el mismo  tono, ¿pero por qué no te callas? --¡qué original, no!--. Mi pregunta, que me repito en muletilla, va dirigida a los moderadores: ¿Pero por qué no moderan? ¿Por qué dejan que los participantes hablen a la vez, se quiten la palabra, se interrumpan, etcétera? ¡
No me veas, si el debate o tertulia versan sobre temas políticos! Creo que es consigna, aprendizaje, estrategia para que no se oigan las razones del adversario.
Palabra, según la RAE, es el sonido o conjunto de sonidos articulados que representan una idea. También, acto o derecho de hablar a alguien: dirigir la palabra; pedir la palabra; conceder la palabra...
Sucede que, como en otras muchas cuestiones, damos la patada, en este caso, a la Real y propugnamos el prima io, secondo io.
Estoy convencida, y me lo repito siempre que me toca el turno, que para defender una idea, un pensamiento o un melón no hay que agredir al contrario sino dejarlo que hable hasta reventar, porque, en primer lugar, seguro que se descalificará solito y segundo porque la velocidad se demuestra andando y no gritando.
Cómo me gustan los que callan y escuchan, los que serenamente defienden, exponen, condenan, con respeto y esa sutil elegancia que reviste la palabra de armonía. ¿A que usted, lector, está de acuerdo?



* Escritora





martes, 19 de junio de 2012

Tiempo de exámenes


Quedan pocas fechas para finalizar el curso y tanto niños como jóvenes se enfrentan en estos días a exámenes que determinarán si logran aprobar o si por el contrario les espera un largo verano de estudio.
Ante esta realidad que están viviendo los alumnos, por supuesto, pero de la que participan mucho los padres, creo conveniente un alto para reflexionar acerca de lo más conveniente de cara a la mayor ayuda que podamos prestarle en estos días y que, a veces, por ignorancia, que la buena voluntad no falta, se traduce en continuas amenazas o, todo lo contrario, en felices promesas. "Como suspendas, no hay tal o cual cosa. Como apruebes, te compraremos esto o lo otro".
Desde mi punto de vista, y en primer lugar, los padres deben ser siempre motor de comprensión, aliento y ayuda. Y esto no quiere decir que muestren indiferencia por unos resultados o por otros, sino que procuren inyectarles mensajes optimistas, ilusionados, esperanzadores, serenos, sobre todo, sin dar de lado a lo más importante: dedicación, tiempo para compartir estudio, posibles baches y dificultades. Muy importante también el saber que necesitan tiempo de ocio que los relaje y desconecte del atosigamiento al que, por lo general, entre maestros y padres, los tenemos sometidos.
De gran interés para todos es salir airosos de prueba tras prueba en junio pero no debemos olvidar que el curso termina en septiembre y que no se acaba el mundo porque a un niño le quede una o dos asignaturas para repasar. A veces, lo que fastidia a los padres, más que nada, es tener en vacaciones preocupaciones tales.
Pero no pasa nada. Todos los niños no son lumbreras en todo y para todo. El aprendizaje es cualquier cosa menos una maratón. Son muchas las cimas alcanzables y no podemos exigir a todos que coronen la máxima, porque de hacerlo así, no alcanzarán ninguna.


lunes, 18 de junio de 2012

Yo y usuario

DIARIO CÓRDOBA/ OPINIÓN
19/6/2012

¿Soy yo, eres tú, somos los dos? Oigo voces, cuando escribo, que discrepan, que ironizan o, sencillamente, que aplauden. Bueno, ¡pues que editen lo que quieran! Coloco un wiki y empiezo.
Cada vez que oigo, y es con frecuencia, decir que para esto o para lo otro se crea un comité de sabios, ¡pues nada que es como si me llegara un soplo de esperanza!, porque me suena a cosa tan gorda la palabra sabio que pienso cómo unos cuantos reunidos pueden ser magos que le den solución a todo lo que les echen.
Pero a la vista de esta proliferación de la especie, ¿tantos sabios hay? ¿Acaso lo que sucede es que la sabiduría anda de rebajas? Porque, hasta hace poco yo tenía interiorizada la imagen del sabio como la de un erudito, etc. filántropo, un mirlo blanco, ¡vaya!
¡Corta, corta y no me vengas con milongas, niña! --soy el usuario--. ¿Me hablas de un dibujo de tu mente? Una cosa son los sabios de los cuentos y otra bien distinta los sabios de esos comités que dices. Confórmate, hoy día, con esta definición: sabio es cualquier humano que esté algo acharolado y que, por causas variopintas, le saque la cabeza a los de su tribu.
¡Qué desilusión, usuario! Esos atributos están a la mano de cualquier buen comprador, ¿no? Sí, y a muy exiguo precio. Así que basta estraperlear un poco, adquirir el título de sabio, colocárselo en la frente y lo que ves: Por muchos comités que inventen no se ponen de acuerdo ni para arreglar el patio y, escucha lo último que no estás al loro: El invento del día va por lo tecnócratas. ¿Lo pillas?
¿Tecno qué, has dicho?
Nada: más de lo mismo.
¡Tiene tomate este usuario! Tendré que investigar, pero el invento este no me dejas avanzar. El wikear me complica la vida. Mejor la soledad de mis palabras.
¡Claro, mujer! Lo mismito que los sabios y los tecno: que los demás callen que para hablar ya están ellos y para pagar, todos. ¡Viva!









sábado, 16 de junio de 2012

Carta a mi hija Isabel

DIARIO CÓRDOBA
EL DÍA DE UN SUEÑO

A mi hija Isabel María


Esto era una vez una niña que tuvo un sueño: Vio correr por el firmamento una brillante estrella. La ilusionó de tal forma que se dijo: No despertaré hasta llegar a alcanzarla. Y corrió tras ella largos días, largos años, difíciles momentos, costosos esfuerzos, férrea voluntad, pero, al fin, la pudo acariciar entre sus manos.
Sí, hoy ha sido el gran día de aquel sueño tuyo de niña: Trabajo, días y horas de aprendizaje, esfuerzo, constancia e ilusión siempre en cada etapa de tu vida sin cesar en tus grandes responsabilidades como madre, maestra e hija maravillosa.
Mi querida hija: ¡Qué felicidad y qué emoción el verte, al fin, bailar en un gran escenario! Desde que te soltaste de manos en el andar, bailabas y desde que te soltaste a hablar, repetías: Quiero bailar flamenco. Y lo has conseguido y es por eso que, aunque te siente mal esta carta, la escribo, en primer lugar para felicitarte -me faltaban manos para aplaudirte y me faltaba corazón para quererte como mereces.
En segundo lugar, y no es menos importante, porque una vez más me reafirmo en la creencia de que los sueños son necesarios y son posibles. Tener un sueño, perseguirlo, contra vientos y mareas, es el único camino, y es algo que quisiera que como eco corriera por el universo y llegara a oídos de tantos jóvenes que no saben, que no entienden, que no encuentran…
Triunfar en la vida es tener el coraje de trabajar, sin regateos ni pausas, por ese hado que se nos cruzó en el camino una mágica noche, pero nos caló tan hondo que, como meta lejana pero alcanzable, vivió, creció con nosotros hasta convertirse en aplauso y que si bien no nos llevará a fama alguna, sí a la plena satisfacción de tener entre las manos, como tenías y acariciabas tú anoche, aquella lejana estrella con la que soñaste un día y te dejó prendida para siempre.





viernes, 8 de junio de 2012

Entrevista

Entrevista: El Arte de Envejecer

sábado, 26 de mayo de 2012

Salvan al maestro

 DIARIO CÓDOBA/OPINIÓNAgüera
 22/05/2012

 
¡Si es que soy una empedernida sentimental! ¡Pues no que voy y siento pena de mis maestros! Yo creo que es por eso de que "alma sola ni canta ni llora", y al magisterio, bendito cuerpo al que amo, respeto, valoro y al que pertenezco, ¡ni hablar de dejarlo solo! Bien merece, al menos un dúo que le permita cantar o llorar.
Y la verdad es que más que llorar, lloriquean ante su actual situación, tras largos años en los que no solo han opositado, luchado, soportado y, al fin, con mucho esfuerzo, conquistado, un sueldo, como mínimo, digno, y que hoy por hoy, recorte va y recorte viene. Este amanecer fresquito de feria, mi cabeza es como noria gigante que repite a cada vuelta: ¡Ya está bien! --¡cómo se aprende en la tele!--. No soy experta en nada y me da igual fulanito menganito o zutanito, políticamente hablando, pero yo creo que no es igual pelar que trasquilar ni recortar que podar.
A lo que iba: Que sí, que que los árboles han crecido tanto que ya nos impiden ver el bosque y no hay más remedio que echar mano a las tijeras, pero, ¡vaya si se precisa aprendizaje para su manejo! No basta con, tris-tras, tris-tras. Fue, exactamente lo que yo hice, metida a barbera: trasquilé a mis alumnos, allá en un pueblecito lejano.
Lo suyo, y es mi modesta opinión, sería podar, palabra que según la RAE significa cortar o quitar las ramas superfluas que las hay ¡así, así! ¡Madre mía cómo han proliferado! Todos las conocemos y todos a regañadientes las hemos abonado. Podarlas nos permitiría ver, al menos, un rayo de sol por dónde retomar el camino perdido y continuar creando, produciendo con esperanza porque las cosas dejan de existir cuando se deja de creer en ellas. Recortar es hacer algo más pequeño.
 Al magisterio habría que ¡ni tocarlo! No se le puede disminuir un ápice la esperanza, porque, aunque el mundo se acabe mañana, hoy tiene que seguir sembrando.



* Maestra y escritora





martes, 8 de mayo de 2012

Alumnos productivos

Alumnos productivosISABEL Agüera 08/05/2012


Tema pendiente desde hace tiempo, cuando leí en uno de mis artículos de esta sección un comentario firmado por "Alumnos productivos". Mi agradecimiento por sus elogios y mi respuesta a una deuda que dejé pendiente y que hoy trato de saldar.
Entre otras cosas decía el comentario: los profesores sois unos superdotados y para usted escribir, una rutina, etc. Bueno, pues, querido o queridos alumnos productivos: en primer lugar, cumplir con el deber y hacerlo sin reservas, sin trampas, con total honestidad no es ser superdotado, simplemente a eso yo le llamo ser profesional que equivale a producir lo que en conciencia es nuestro deber y responsabilidad.
También deseo matizaros cómo veo yo el tema de la rutina. Si creéis que para alguien el trabajo de escribir, en este caso, como el de otros muchos, puede ser una práctica rutinaria, os equivocáis. ¿Cómo os explicaría para que me entendáis sin falsas interpretaciones? Sí, casi que llevo toda mi vida escribiendo, amén de todo lo demás que mencionáis, pero os puedo asegurar que son muchos, muchos los días que se me pasa por la cabeza arrojar la toalla: días de total depresión, de dolores físicos, de grandes problemas, de luto riguroso, de muchas lágrimas, días de estar frente a esta pantalla sin encontrar camino por dónde dar un solo paso más.
Resulta, pues, que no hay varita mágica que nos active la cuerda y nos ponga a funcionar. Por consiguiente, ¿soportar la rutina, sobrevivirla y producir en ella? ¡Difícil, amigos, muy difícil!
Para mí, ser superdotado de verdad es el "levántate y anda" cada día, a cada edad, en cualquier circunstancia y hacer de la vida un constante esfuerzo de superación. Los seres humanos nos parecemos todos y lo que nos pone es la buena vida, pero en un plis plás la vela se nos apaga sin más.
¡Qué bello sería que dejara en el aire una zigzagueante fogata blanca!.



* Maestra y escritora





lunes, 23 de abril de 2012

Presencia Poética

DIARIO CÓRDOBA/OPINIÓN
ISABEL Agüera 24/04/2012




Como se desvanece la espuma de las olas, tras besar la arena, así se me fue, casi de las manos, el hombre que me salió al paso, un día, con sincera y eterna declaración de amor.
Con un beso helado ya en las mejillas, me dijo adiós hace 22 años, un 30 de abril, cuando los verdes crecían por los campos, cuando una fina lluvia caía sobre la ciudad.
Hace frío esta madrugada. Mis ojos, nubes preñadas de lágrimas, que tantos caminos regaron, vuelven a ser borrasca hoy de nostalgias y recuerdos. Aquel pueblo de nuestro encuentro, las tormentas, los paraguas, los charcos, las goteras...
Tú y yo, pobres de todo, tú y yo, ricos en amor, tú y yo, dichosos con nuestra nada, vivíamos en plenitud la lluvia en los otoños, y los trigueros en las primaveras, y las espigas y las eras en los veranos.
Tú y yo hicimos de nuestras vidas tal aleluya que, tras largos años ya de aquel adiós sin retorno, puedo escucharte, puedo verte superpuesto en el cuadro vivo de mis días.
Sí, yo sé que eres tú, boca en sonrisas siempre que me mira.
Sí, eres tú, brisa limpia, cálida, serena que cala mi alma cada madrugada.
Eres tú, nostalgia en las flores marchitas de un ayer que es hoy en el almanaque de mi alma. Y tú eres yo, poema de amor escrito en el cálido aliento de los instantes que me nacen, que me palpitan, que me llevan.. No sé a dónde, pero es tu amor lo que respiro, lo que me ríe, amor lo que me llora...
Y tu recuerdo en mis manos es la hoja que vuela, y es el tren que pasa y el viento que agita mi cortina, y es el piar de pájaros nuevos...
Tu recuerdo no es un ayer perdido en hora de azahares y jazmines, ni es aquel beso en la despedida, tu recuerdo es el presente de unos hijos de unos nietos que fueron proyecto ilusionado un día.
Tu recuerdo sigue siendo flujo y reflujo en lugares, palabras, silencios...
Vuelve. Mi corazón es la senda. ¿No oyes cómo me galopa el resplandor de la aurora?









martes, 10 de abril de 2012

¿Gastar o invertir?

EDUCACIÓN: DIARIO CÓORDOBA
ISABEL AG ERA 11/04/2012


Ayudemos a que los niños encuentren en las aulas
respuestas a sus grandes o pequeñoas expectativas


¡Malos tiempos corren! Y hasta ahí entiendo ajustes, sacrificios, etc., aunque cueste que así sea. No obstante, cuando esta mañana escuchaba en la radio las incidencias que tendrán en educación, sinceramente, he sentido como que me dolía el alma.

A la memoria me llegaban tiempos pasados, y casi olvidados, en los que, alumnos carentes de toda clase de medios, eran tan solo número para llenar micro-escuelas en las que recibían micro-conocimientos y en las que, a duras penas, se lograba que memorizaran cuatro cantinelas rutinarias e inútiles.

Fui alumna de la posguerra y maestra de la posposguerra. En mis años de niña, adolescencia y juventud no hubo escuela que me enseñara a pensar, a opinar, a revelarme, no hubo escuela que me enseñara a ser yo y mis posibilidades de cara al futuro. En mis años de maestra, intuyendo más que sabiendo, creí en la necesidad de cambiar, despejando caminos y girando hacia nuevos horizontes en los que los alumnos se reconocieran como personas únicas, creativas, valiosas, pensantes, ante todo. Otros muchos maestros y maestras también fueron 'sastres' de tallas únicas, y así, pasito a pasito, llegamos a una escuela digna, innovadora, moderna y más que nada consciente de las muchas competencias que de cara al futuro hay que sembrar y desarrollar en los alumnos.

Hoy, por una maldita crisis, se dice que hay que gastar menos en educación, olvidando que en este campo la palabra gastar se queda fuera de todo significado, porque no se trata de consumir gasolina, ni de comerse el dibujo de una rueda, ni de vaciar los bolsillos en fiestas, se trata de invertir en futuro, de financiar y apostar por ese tiempo mejor que anhelamos y que serán nuestros niños y jóvenes de hoy los artífices que, con responsabilidad, preparación e ilusión lo hagan posible.

No los dejemos, pues, tirados en la cuneta.









lunes, 9 de abril de 2012

Gente sin más



Pues, nada, que sin comerlo ni beberlo, "cuerpo a tierra", sobre el asfalto del gran aparcamiento de un centro comercial! Eso es: mi agorafobia, un mareo, el bolso por los aires y allí quedé tirada sin perder el conocimiento pero sin poder ni tan siquiera abrir los ojos.

En unos instantes, un nutrido coro de gente me rodeaba en diligencias y comentarios: "Subidle los pies, llamad a una ambulancia, ponedle algo debajo de la cabeza, tapadla, me suena la cara..." Unas manos de hombre fuerte apretaban las mías, al tiempo que repetía: "¡Tranquila, señora, no le va a pasar nada! Aquí tengo su bolso y... las llaves de su coche. ¿Quiere que llamemos a alguien o llamamos a la ambulancia?" A la ambulancia, no. Y repetí un número de teléfono.

En fin, un espectáculo de primera, pero a lo que iba: jamás en mi vida me he sentido más impotente, inédita y presta a ser pacto de comentarios, propuestas y decisiones ajenas, pero confieso que tal vez sea la primera vez en mi vida que más acompañada, atendida, querida y bien tratada me he sentido.

Las manos de aquel hombre, al que no pude ver su rostro pero sí sentir sus generosas vibraciones, me llegaron al alma, porque, una vez más comprendí qué buena gente la gente que lejos de enfrentamientos políticos, religiosos..., lejos de competitividades, de protagonismos, etcétera, muestra solo su rostro de gente. La buena gente que más sufre las crisis de todos los colores, que protesta pero al fin soporta, la gente manipulable, a la que nos referimos como sinónimo de los otros, los incultos, vulgares, gastadores e irresponsables.

No obstante, la gente es la que llena calles y plazas, la que consume, la que se mueve, la que, cuando llega el momento, sacando su vena de gente, es sabia, solidaria, servicial, humana y, llegado el caso, hasta casi divina.

Por ello, va por la gente y quiero ser solo eso: gente sin más. * Escritora



martes, 27 de marzo de 2012

Él vino en un barco

OPNIÓN/DIARIO CÓRDOBA
ISABEL Agüera 28/03/2012
El vino en un barco- (¡Madre mía! ¡Pues sí que empiezo bien!) No, es que estaba pensando lo añejas que resultar ciertas costumbres, modas, usos que en su momento fueron como milagrosa válvula de escape a los conflictos, ¡muchos, muchos!, a las calamidades y privaciones en años de posguerra.

Y sí las golondrinas vuelven, y vuelve la primavera y vuelven las dificultades, ¡la dichosa crisis, vaya! Y, claro, si antes la gente se refugiaba en las iglesias, en la mesa camilla, en el porrón, en las canciones... ("era hermoso y rubio como la cerveza..."), hoy día nos quitamos la crisis de encima a golpes de televisión, fútbol y, de vez en cuando, un chute de vacaciones, de platillos de jamón (¿del pelotazo? ¡qué va!!) y, si se presenta, sustanciosa y polémica tertulia sobre los recortes.

¡Ah, bueno, y a propósito de recortes! ¿y una vez que resultemos bonsáis, qué? Porque los tertulianos no creamos nada de nada y los políticos menos. Entonces, ¿qué hacemos? ¿Recortamos el mundo? Yo creo que sí, que nos queda grande, aunque, pensándolo bien, falta sitio para muchos: ¿qué ha sucedido con los niños rumanos y sus familias? Pues eso, que sus pobres chabolas no cabían en la ciudad y allá que fue la señora grúa y a las dos de la madrugada, ¡cielo raso! y adiós muy buenas.

Y no me conteste, señora grúa, que me sé de memoria todito lo que me va a decir, pero son seres humanos, europeos para más inri, y son niños, que lo que más le importaba, en aquellas irreverentes horas y en medio de aquel desastre, era salvar su almohada y su mochila del cole.

¡Cómo cantaba la generación "S"! Hoy nadie canta o tal vez, como enanitos que es a lo que vamos, deberíamos entonar el, "Aitón, aitón, a casa descansar"

Que vuelvan las golondrinas, la primavera y que sigan las podas que ahí están las grúas para recortar sobras. ¡Los niños, no, que sigan creciendo, por favor, que sigan cantando, ellos!



*Escritora



miércoles, 21 de marzo de 2012

Difícil Adolescencia

DIARIO CÓRDOBA / EDUCACIÓN

No hay día que conductas de jóvenes y adolescentes salten como noticia de primera en los medios de comunicación. Y es cierto que hay casos que nos dejan tan descolocados como para expresar la visión más pesimista acerca de edades que, si bien han sido siempre conflictivas, hoy día su contenido se ha elevado a potencias inimaginables.
Una vivencia en días pasados me estremeció y embargó de tristeza y reflexión. Madrid. Tren, Talgo. Por el pasillo veo avanzar a una chiquilla de unos quince años, arrastrando una pesada maleta.

Detrás de ella, la madre. Su asiento, justo a mi lado. La chavalilla exclama: ¡Cuánto pesa esta maleta! ¿Qué hago cuando llegue? ¿Me estarán esperando?

Sin detenerse ni un solo instante, la madre, como una exhalación, desciende del tren exclamando: ¡Arréglatelas como puedas! ¿No dices que ya eres mayor?

Y aquella muchacha, cayendo encima de mí, se arrojó a la ventanilla medio gritando: ¡Mamá, mamá! Pero mamá, que se perdía entre una multitud, ni tan siquiera volvió la cabeza.

Hasta aquí parte de la vivencia, pero mis reflexiones, que no cesan, son hoy tema que trataré de reducir al máximo. Con un esquematizado bagaje, rescoldo de fantasías y escozor de intuiciones fantasmagóricas acerca del mundo de los adultos, llega el niño a la adolescencia en una especie de explosiva y desesperada búsqueda de identidad.

Y vuelve a situarse en el centro del universo, pero no ya como un ser improductivo al que alimentar, sino como un osado rebelde, un ser extraño que se aísla, que se encierra en su capullo para realizar una importante metamorfosis.

No podemos anatematizar, ni condenar y mucho menos abandonar ese trance del que puede surgir una bella mariposa, porque su grito, ¡mamá!, es un SOS: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Volvamos la vista. Están ahí: esperan  menos reproches y más repuestas.

lunes, 5 de marzo de 2012

Hombres Diez

DIARIO CÓRDOBA// OPINIÓN
ISABEL Agüera 06/03/2012


A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: ¿qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas? Pero en cambio preguntan: ¿qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre? Solamente con estos detalles creen conocerle.

Si hay algún libro del que siento envidia por no haber sido su autora es precisamente de este: El Principito.

 Y todo a cuento de un gran hombre, por supuesto, con nombre propio: José Peña González: cuatro licenciaturas, tres doctorados, innumerables obras y un larguísimo currículo, imposible detallar en tan breve espacio.

Este hombre diez lo conocí en nuestra Real Academia, como a otros muchos de gran categoría y prestigio. Al principio, entre su grandeza y mi pequeñez, apenas si alcanzaba a verlo, pero un día caí en la cuenta de que el hombre que yo buscaba estaba "dentro de la caja", y así era exactamente como yo lo quería.

Y no era pequeño ni estaba dormido. Era el amigo cercano, sencillo, educado, entrañable... Como canta el poeta de él se puede decir: "Me encuentro a gusto en mi flotilla rompe olas, navegando con todos. Compañero de barqueros y mineros, de todos los que se dan la mano, como y bebo con ellos".

Amigo Peña: nuestro Séneca, del que soy adicta en mucho, dice: "La adversidad vuelve sabio al hombre. Creo que en tu caso, las grandes adversidades dan lugar como dice O. Goldsmith al mayor espectáculo del mundo que no es otro que cotemplar a un hombre esforzado luchando contra la adversidad.

Mi admiración y cariño, amigo. No hay más que una historia: la historia del hombre --Tagore--. A tu historia, amigo Peña, le faltan muchos capítulos por escribir. Estoy segura de que estás en ello, y de que tu capacidad y prestigio seguirá siendo norte para tantos como te queremos y admiramos.

Derecho, camino  adelante.  Sí  se puede ir muy lejos en este nuestro pequeño-gran-planeta.



* Maestra y escritora



martes, 21 de febrero de 2012

Niños a tope


¡Tiempo libre para los niños!


El estadounidense Guerry Spence dijo en el año 1929: "Los niños son personas. Son personas pequeñas con almas perfectas que todavía no las han hecho esclavas".

A la fecha de hoy, digo yo, ¡qué lejos andamos de tal afirmación! Nuestros niños y niñas, ¡vaya si son esclavos!, ante todo, de la manera de ser, pensar y sentir de sus educadores en general y de sus padres muy en especial, ya que unos y otros tratamos de alejarlos cuanto antes de sus propias maneras, que no son otras que la felicidad expresada en juegos, sueños, familia, etc.

Sinceramente, siento una gran pena por los niños de hoy día. Creo que nos estamos equivocando, cargándolos a edades increíblemente tempranas, de obligaciones y responsabilidades que no les pertenecen y que, a poco que reflexionemos, en la mayoría de los casos, obedecen a una especie de competitividad entre los adultos.

Así, es curioso observar cómo andan los padres, las madres, los niños de un lado para otro, con la carga a cuestas de lo que solemos llamar sus gustos y deseos: idiomas, deportes, bailes, música, etc. Y, por supuesto, cuando regresan de tan gran maratón, les esperan las tareas del cole, la ducha, la cena y la cama.

¿Y cuándo tienen los niños tiempo de ocio?¿Cuándo tiempo para compartir con padres y hermanos? No es extraño escuchar quejas como estas: "En lugar de estudiar, juegan en el ordenador".

Los que hoy somos abuelos, fuimos niños y niñas de juegos inventados, juegos de cartón y sueños mágicos, pero no creo que nos sintamos frustrados por no haber corrido tras saberes que nos llegarían y sorprenderían con el título ya alcanzado de autodidactas, el mejor máster para mí, por no haber pasado por fotocopiadora alguna, teniendo así el privilegio de vivir y morir originales.

Siempre hay un momento de la infancia en el que se abre una puerta y deja entrar el futuro. Ese momento tiene nombre: Sueños. No los apaguemos de un portazo.