miércoles, 24 de noviembre de 2010

Un Idioma Universal



DIARIO CÓRDOBA /OPINIÓN

23/11/2010 ISABEL Agüera
Cuenta la historia que en los tiempos de María Castaña (quién sería la señora) mandatarios del mundo se dieron cita para consensuar un idioma universal de forma que la lengua no fuera barrera entre pueblos. Sucedió que, cuando estaban en plena jornada, irrumpió en la sala una anciana con un ramo de rosas que, silenciosamente, colocó sobre una mesa. ¡Viejas chocheando! --exclamaron--. Más tarde, entró un niño cabalgando sobre un palo y repitiendo: ¡Arre, caballito! Los mandatarios, con despreció clamaron: ¡Niños mal educados! Cuando llegó la hora del refrigerio, lo sirvió un joven ataviado a lo punki. Encolerizados, gritaron: ¡Jóvenes delincuentes! Una vez terminada la sesión de trabajo y con brillantes conclusiones en la mano, se despedían en la explanada de un gran jardín. De repente, un pacífico perro se les acercó, husmeando sus zapatos. Uno de los ilustres con una patada lo espantó, al tiempo que exclamaba: ¡Chuchos callejeros! El idioma universal, sin duda, estaba inventado: La lengua, sí, era lo importante. Pero la María Castaña, esa, termina contando que los pueblos siguieron sin entenderse por los siglos de los siglos.

Y resulta que existe un idioma que, hablándolo todos, nos entenderíamos de maravilla. Sí, lo adivinaron: el idioma del amor, amor que se puede traducir en palabras, gestos, miradas, sonrisas, lágrimas... ¡

Qué belleza de idioma y qué universalidad! ¿Qué ser humano del mundo no entiende un beso, una caricia...? El idioma del corazón es universal, pero las palabras que precisa, hoy, para ser entendido con urgencia, deben ser revestidas de solidaridad, tolerancia, empatía... hacia la infancia, los ancianos, los jóvenes, los pobres, la naturaleza...

¡Eso sí que es idioma de una vez y no los zipizapes que nos traemos a cuenta de las lenguas! ¡Ah! Y que no se olvide el andaluz que también tiene lengua. Y colorín, colorado...



* Maestra y escritora

martes, 9 de noviembre de 2010

Soltemos la lengua

09/11/2010


 DIARIO CÓRDOBA

09/11/2010 ISABEL Agüera
Sí, eso exactamente es lo que se cuece estos días en los medios: soltar la lengua y decir todo lo que nos venga en gana porque para eso existe la libertad de expresión.
¡Ole y ole! Y no sé si es curioso o vergonzante el que apelando a tal derecho se puedan vomitar tacos, insultos, descalificaciones y se puedan escribir aberraciones...
Y, lo que es peor, se puedan defender por medios tan públicos y visionados como la tele ¡Madre mía, madre mía!
Y a renglón seguido llamamos irrespetuosos, sinvergüenzas y perlas de todo tipo a cualquier niño o joven que se le ocurriera, o se le ocurra, llamar mierda, por ejemplo, a su padre o profesor. ¿No estamos vitoreando la libertad de expresión? ¿O es que, acaso, mayores, sí, jóvenes, no? ¿Saben ustedes aquel que dice... Habla como yo te diga pero no como yo te hable?
Y no estoy en clave política, que no es mi tema, y que me da igual la procedencia de la lengua, sino en clave de valores, esa palabreja con la que nos regodeamos para quejarnos de lo mal que anda esta generación. Y eso que hay que reivindicar, y se nos llena la boca, una sociedad de valores, que si patatim que si patatam, pero que yo sepa siempre se ha dicho que de tal palo tal astilla, y los palos seguimos siendo los padres, maestros, políticos, propulsores de la cultura, medios, etcétera.
Soltar la lengua e insultar y ofender a mí no se me antoja que sea un derecho sino más bien una tremenda falta de educación, una facilona forma de clamar: ¡Eh, que aquí sigo yo!.
Y no hablemos de los sentimientos, problemas, dolores de las personas agredidas, a las que, sin necesidad, añadimos los sapos y culebras que salgan de nuestra querida y lograda libertad de expresión. Por ahí, por el Tíbet, se dijo: la palabra debe ser vestida como una diosa y elevarse como un pájaro.
Y si no es así, digo yo, apaga y vámonos. (¿Sonará desfasado lo de la diosa y el pájaro?)

miércoles, 27 de octubre de 2010

Mi querido alumno, Rafael

27/10/2010 ISABEL AG ERA
Han pasado años, pero al celebrar el día de San Rafael, a mi memoria acude aquel alumno de diez años que, habiendo visto pronto el dolor de la vida, miraban desde una inmensa tristeza, matizada, de vez en cuando, de ingenua felicidad.
El era tierno tallo herido, a penas despuntar, que sobrevoló por nuestras vidas, cual estrella fugaz de la que más bien queda el recuerdo de un maravilloso rastro luminoso y la certeza de haber sido testigos de su deslumbrante existencia.
El era Rafael, pálido, transparente, aficionado a la escuela, a sus maestros, a mis cuentos... Y Rafael se nos fue de pronto.
Un día de escuela, mientras sus compañeros en clase compartían la difícil tarea de la educación y el aprendizaje, mientras su silla vacía, como otras veces, casi no extrañaba a nadie, mientras cada cual en su trabajo, olvidados de la provisionalidad que es la vida, con afanes desmedidos, con nimiedades, con absurdos y sin caer en la cuenta de que vivimos inmersos en el funeral eterno de los tiempos, hacíamos planes de un futuro que nos deparara mayor bienestar. Ni siquiera una corazonada, un telepático presagio; nada.
La vida del pequeño Rafael como blanquísima espuma de mar, se desvaneció con el viento. Y era un bonito día de primavera, y el sol siguió su curso, y las margaritas y las amapolas, en un frondoso salvaje, parecían entonar el más bello himno de la alegría, y en las calles, el tráfico, los ruidos, las prisas... Pero en medio de esta eclosión de vida, un pequeño féretro nos llenaba de tristeza a todos los que vivimos, de una manera u otra, la corta vida de Rafael.
Lo recuerdo, especialmente en este día, y unas lágrimas corren por mis mejillas. Sí, un alumno es como un hijo que cae en nuestras manos y, ante su grandeza, nos hace sentir lo poco que valemos. ¡Echame una mano, tú que está en el cielo!, y espérame. Entre tanto escribiré mejores cuentos, mejores libros.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Abuelos, maestros hoy

 ]El principal objetivo de mi obra, ´Guía Práctica para abuelos´, no es otro que el de poner en manos de los abuelos variopintas herramientas para que la atención a los nietos resulte una experiencia formativa, lúdica y creativa.

En líneas generales, podemos concluir que los abuelos son buenos por condición, pero yo creo que hay que aprender a comportarse como tales, huyendo, siempre que se pueda, de caer en algún tipo de esclavitud con respecto a hijos y nietos, algo por otra parte, sumamente negativo tanto para unos como para otros.

Para ello, en la citada publicación, expongo un largo recorrido a seguir para ser abuelos educadores y eficaces del cual cito, a continuación, algunos puntos: Los abuelos deben proteger la importancia de lo que son en realidad, abuelos, y no casi exclusivamente cuidadores de niños.
Los abuelos, si su condición social y cultural se lo permite, deben estar al día de todas aquellas cosas que motivan a los nietos. Es decir, deben ir por delante de ellos en conocimientos de todo tipo, y no precisamente para demostrarle lo sabios que son, sino para poder dialogar de todo, para poder prestarles ayuda y para que no consideren a sus abuelos, personas anticuadas que no entienden, no saben o no contestan.

Los abuelos jamás deben mentir a los nietos, si no pueden, o no saben la verdad, sencillamente, confesarlo. Jamás deben desautorizar a los padres.

Si opinan que están equivocados, deben tratarlo en privado con ellos. Jamás, por ningún motivo, deben chantajear, consentir, mimar, amenazar, asustar, etc. Dilatarse, sí; derretirse, no.

Muy repetido aquello de que los primeros responsables de la educación son los padres, pero la realidad de hoy pasa por ser abuelos educadores y evitar que los nietos sean víctimas del excesivo descuido de todos los integrantes de la familia.


martes, 5 de octubre de 2010

Mayores a escena



05/10/2010 ISABEL Agüera
El pasado día uno se celebró el Día Internacional de las Personas Mayores: actos de todo tipo corrieron por nuestra geografía.

Por cierto, fui testigo de un particular evento del que salí más bien triste y, por supuesto, reflexiva, ya que corrían por mi memoria palabras de mi novela Sol de Otoño en las que el protagonista, con resignación, se queja: "El hablarnos a voces, de tú y en ese tono vergonzante, en el que lo hacen es un insulto".

Efectivamente, mi preocupación por los mayores me ha llevado a concluir que, a veces, nos olvidamos de la dignidad, que nada tiene que ver con los años, y, ¡venga fiestas, centros sociales, viajes, bailes, etcétera!

Y todo eso es muy plausible, pero, ¿qué hacemos en el ámbito familiar, el más importante para ellos, por tratar de que sean felices?

Los condenamos a una vejez sin remedio, cuando, al subir el tono de la televisión, les gritamos: "¡Estás sordo!" Cuando, al tropezar, exclamamos: "¡Estás ciego!" Cuando olvidan algo e, inexorablemente, repetimos: "¡Que estás perdiendo la memoria!"

Los condenamos a la soledad más absoluta, cuando se nos pasan los días sin visitarlos, cuando ni tan siquiera tenemos tiempo para una llamada de teléfono ("¡qué no daría yo por unos minutos en compañía de mis padres!"), cuando se nos olvidan sus achaques e impotencias, cuando ya no nos sirven, en definitiva, para nuestro absoluto provecho. Y los condenamos a una tremenda humillación, cuando, olvidados de su dignidad, pasamos a tratarlos como niños.
La ancianidad debe ser un eslabón más en el proceso evolutivo. No una petrificación y marginación social y familiar, expuesta a las intemperies de nuestros repentes. De ahí que, reyes por un día, no. Son nuestros padres, siguen ahí.

Menos fiestas, pediría yo, y mucho más amor.

*Maestra y escritora

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Así se educa

DIARIO CÓRDOBA

El milagro es lo que importa. El santo, tres familias que muy cerca de mí comían el pasado sábado en una terraza y a las que aquel día aplaudí en silencio y hoy quiero hacerlo públicamente, dedicándole esta carta.
 
En total seis niños de cuatro a siete años que correteaban jugando por los alrededores. De pronto, los vi en complicidad que se traducía en puñados de monedas extraídas de una averiada máquina de pelotas. En contenidas carcajadas, entre ingenuidad y picardía, corrieron a revelar a los padres tan insólito placer.

Y mi expectación, que sin perder paso observaba el trajinar de los niños, se subió por las nubes esperando ver cómo reaccionaban aquellos padres. Ese dinero no es vuestro –les explicaron-. Perteneces a alguien que se busca la vida con esas maquinitas. Así que vais a la barra y lo entregáis.

Los pequeños, todos, hasta el de cuatro años, desfilaron, y yo creo que con gozosa responsabilidad, a depositar sus preciadas monedas en manos del dueño del bar. Sinceramente me sentí feliz.
Sí, queridos padres: así se educa. Tened la seguridad de que a esos niños les caló tan hondo aquella sencilla lección que jamás protagonizarán robo ni corrupción alguna. Desde mi mesa, las reflexiones me comían y en ellas, más que ninguna, la maravillosa tarea que puede ser educar, dialogando, razonando, conociendo el camino recto a seguir en cada ocasión, y las ocasiones, a lo largo de los días, son muchas.

Hay, no obstante, que estar muy atentos y no dejar pasar momentos únicos e irrepetibles. Momentos cruciales donde el ejemplo, la honradez, la justicia, la responsabilidad, etc. se hagan destacar, sencillamente, porque el hombre capaz de hacer fácil lo difícil es educador. Y aquellos padres lo fueron.

Por ello, si llegan a leer esta carta, quiero que sepan que los felicito y que ojala muchos padres caigan en la cuenta de que así, sólo así, se educa.

martes, 21 de septiembre de 2010

Genración ni-ni

  Generacion ni-ni

21/09/2010 ISABEL Agüera
Como todo un prodigio me lo contaba una madre: "Pues, nada que le doy al niño un catálogo de juguetes para que me diga qué quiere para su sexto cumpleaños y el niño, sin mirarlo, lo cierra y exclama: ´De aquí, nada. Quiero una PSP´" (Qué ricura de niño ). "Y claro --añadía la madre--, como sus amigos la tienen..."

Y yo punto en boca, pero ni-ni total; ¡ni idea, vaya! Así que en cuanto pude gugleé hasta dar con el invento. Sí, se trataba del último modelo de Play. ¡Un pastón! ¡Menudo tema el de los ni-ni!

Los sociólogos han hablado y han colocado rotunda etiqueta a nuestros adolescentes y jóvenes: ni estudian, ni trabajan, y ahí queda eso. Me confieso aprendiz de todo y, por consiguiente, respetuosa con las opiniones de los doctores. Pero estoy atenta, con los ojos bien abiertos, a cuanto se mueve a mi alrededor y oyendo, leyendo y viendo, me pregunto: ¿Qué va a pedir el niño de la PSP cuando se canse de ella? ¿Y que le van a poner en las manos sus padres? ¿Libros para estudiar? ¿Herramientas para trabajar?

 ¡Ni soñando! Carpetazo a tan molesto catálogo y a seguir viviendo del chollo de unos padres, de una escuela de una sociedad que de la noche a la mañana se han tornado críticos y exigentes.

Ya sé que los tiempos son otros, y en ellos estoy, porque, ¡ni recordar los NI de mi generación! Pero el progreso no equivale a permisividad y competitividad, ni antes, ni ahora, porque extremos tales dan como resultado traumas por todo aquello que no está al alcance de nuestros retoños.

Yo creo que nos hemos changado todos porque por mucho que conjuguemos el presente, el pasado y el futuro, la ley de la atracción nos dice, en todos los tiempos, que semejantes atrae a semejantes, lo que equivale a sembrar antes para recoger después. Los jóvenes nini no han surgido por generación espontánea; son el fruto de nuestro árbol particular.



* Maestra y escritora

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Queridos Maestros/as

Portada > Educación


CARTAS.

Queridos maestros

15/09/2010 ISABEL AGÜRA ESPEJO-SAAVEDRA
Nuevo curso y nueva esta sección que he titulado ´Cartas´, ya que quiero dirigirme especialmente a destinatarios variopintos e implicados en el ámbito educativo.

Como no podía ser de otra manera, empiezo por dirigir esta primera a mis queridos maestros, ya que ellos son en estos días protagonistas que volverán a abrir las puertas de sus respectivas aulas para una nueva andadura en esta maravillosa tarea de crear y compartir un futuro en el que tal vez no cumplamos años pero en el que nuestros pasos podrán grabar caminos de ilusión y esperanza.
Y en el umbral de este estrenado día, como hermana mayor, invito a una seria reflexión acerca de nuestros esquemas educativos porque puede que se nos hayan quedado trasnochados y, por consiguiente, invalidados para avanzar, y un maestro no puede permitirse el estancamiento porque eso equivaldría a estacionarse en punto muerto en tanto que los alumnos nos aventajarían en el camino sin guía que despeje de matorrales y malas hierbas horizontes perdidos en la oscuridad de un mundo empeñado en dar de lado amaneceres y hacernos caer en la trampa de ocasos sin remedio.

Nuevo curso, nuevos o viejos alumnos.

Que lo importante sea conocer sus caras, sus nombres, sus vidas, antes, mucho antes que su número. Importante esa primera sonrisa que todos y cada uno esperan, y esas primeras palabras de acogida que no defraude la carga de sueños que llevan sobre sus espaldas.

Importante humanizar antes que tecnificar, ilusionar, antes que enseñar, individualizar, antes que generalizar y valorar sin vara de medir porque las palabras de un maestro tienen que ir en línea con la mejor alabanza que pueda hacerse de cada uno.

Y mi sueño, UN CURSO MÁS, no faltar a la cita de ese momento único de recibir a los alumnos.
www.diariocordoba.com

sábado, 4 de septiembre de 2010

CIELO EN REBAJAS




Cielo en rebajas

26/08/2010 ISABEL Agüera

¡Hay que fijarse lo que se ha rebajado el pecadero! Sí, porque en mis años de niña y joven se entraba a la Misa con tupido velo hasta la cintura, manguitos, medias y cuello alto. Y para más inri la autoridad del monaguillo se imponía a la chiquillada de forma que se plantaba en la puerta de la iglesia y, si no le caías bien, pues que no entrabas. En más de una ocasión tuve que dar la vuelta y quedarme compuesta y sin novio: ¡Tú no entras, nena, que eres mu fea! (creo que sí, que era feúcha). Y, claro, para ese pecado no había confesionarios, pero, ¡a bien que no era larga la retahíla! Mirar, pensar, soñar, vestir, caminar...

¡Cuántos pecados colgados siempre a nuestras conciencias infantiles! Bueno, pues, ¡a lo que voy! En verano, y en lugares de costa, me apetece un montón entrar a las iglesias vacías y, a media luz, escuchar la voz del silencio, la voz de un Cristo que parece decirme: ¡Qué solo y abandonado estoy! Las voces también del incienso, las velas, los rezos...

Una mescolanza de ondas pasadas y presentes por las que me gusta navegar, buscando el justo punto medio en que debo situarme. Resulta que en uno de esos éxtasis veraniegos me tropecé con una pandilla de mujeres y hombres que, en bañador puro y duro, entraban, genuflexioneaban, se santiguaban y, santo por santo, recorrían altares, comentando en voz de grito, riendo, etcétera, mientras yo seguía mirando al Cristo que suspiraba: ¡El cielo anda de rebajas, hija!

Lo suyo hubiera sido que yo alzando un látigo (¡qué barbaridad!) los hubiera arrojado del templo pero, ¿quién se atreve ni tan siquiera a levantar una mano con los navajeros que circulan hoy día? En serio: el tema merece una reflexión. ¿Es que ya todo está bien? No, por favor. Al menos conservemos la estética para saber dónde pisamos. Si el cielo anda de rebajas, no lo quiero. Me quedo con el Cristo suspirante y suspiro.

* Maestra y escritora





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A MI PLIM

12/08/2010
12/08/2010 ISABEL Agüer
Pasa que, como en la oca, tengo que tirar cuando me toca y, a veces, las noticias, que corren más que el tío la lista de mi pueblo, se van quedando fuera de comba, pero, bueno, a lo que voy, al tema del buka islámico, Sí, ahora, cuando aquello de... Todos somos España, la vuelta ciclista, la visita de la Obama (dónde he oído yo esto) y etc., han ocupado, y ocupan, la letra gorda de los medios.
En mi cabeza, cabezota para ciertas cosas, el rumrum de noticias que no cesan hasta que no voy y suelto lo que pienso, consciente de lo poco o nada que pueden importar mis filosóficas reflexiones, porque, ¡vamos a ver!, desde luego lo de caras tapadas, ¡tararí que te vi! ¡Quién sabe lo que se oculta tras la sábana blanca de un fantasma! En mis tiempos de niña se trataba de un pecado, ¡y gordo!, aunque eso sí, siempre el mismo: ¡Vaya usted a saber!, pero en estos, con los pecados que cunden...

La cara tiene que ir bien al descubierto pero lo que no me convence es que se alegue que es por lo que se supone que conlleva de sometimiento y gusto al varón islámico, porque puestos a hablar de sometimientos, ¿qué hemos hecho, qué hacemos todavía las mujeres por gustar a los respectivos? Operaciones quirúrgicas, modas, planes de adelgazamiento, etc. Y la boquita bien cerrada, que ellos las prefieren así. ¡Tontas que somos las mujeres! ¡Que se operen ellos! Aunque ya más de uno, es verdad que se mira la barriguita y va y le dice: ¡Canalla, cervecera! Contigo acabo yo. ¡Y a correr a golpe de infarto!

Tampoco me convence del todo eso de que lo hacemos más por agradar a otras mujeres. Lo mejor, digo yo, que sería hacerlo por gustarnos a nosotras mismas, las del burka y las de silicona y las de nada de nada.

Somos hipócritas a reventar y, bueno, si por agradar a su hombre la mujer se viste de mona, ¡a mí plin!, pero de puertas para adentro!

 
* Maestra y escritora





lunes, 2 de agosto de 2010

martes, 20 de julio de 2010

La Aventura de ser abuelos

DIARIO CÓRODA/CONTRAPORTADA


La aventura de ser abuelos



Isabel Agüera aborda en una guía práctica la relación con los nietos.

20/07/2010 MARIANO ROSA
El último libro de Isabel Agüera nació de la observación. La génesis de Guía práctica para abuelos con nietos viene de "algo muy elemental y propio de mí: me preocupan de los problemas que veo a mi alrededor y que son generales. Y es que vengo observando a muchos padres con los carritos de los niños al amanecer camino de casa de los abuelos".
Este planteamiento tan simple ha supuesto una repercusión "que ni me imaginaba". La escritora y columnista de este diario ha recibido en los últimos días ofertas para ser entrevistada en medios de todo el país. "A las personas mayores de hoy en día les queda un margen de vida para ser felices y si les endosan a los nietos se les acaba su programa", comenta.
Las relaciones entre abuelos y nietos han cambiado porque "antes se reducía a que los abuelos eran cuentacuentos o repartían golosinas, y censuraban o daban consejos". Ahora, "los nietos quieren unos abuelos dinámicos, alegres, que estén al loro de todo y que puedan conversar con ellos". En su libro dice que "los abuelos son un paraíso de ternura" y sostiene que "un nieto es un amor que se duplica porque cualquier cosa que les sucede sufres por tu hijo y por lo que le pasa al niño".
En una sociedad "en la que vivimos corriendo no somos conscientes de cómo van creciendo, de cuáles son sus inquietudes, y los tenemos, a veces, demasiado tiempo delante del televisor", afirma esta maestra que ha tocado la narrativa, el teatro o la poesía en cerca de medio centenar de trabajos. Insiste en que "la responsabilidad de educar es de los padres; no de los abuelos" y que "hay niños que son adictos a las telenovelas".
También hay veces en que "los nietos son el único refugio de los mayores y sugiero que los hijos piensen que los abuelos no son las guarderías más baratas".
En el libro da algunas normas y contiene "una propuesta de juegos" frente "a las historias impropias que cuentan muchas abuelas; historias de miedo que los amedrantan". A lo largo de tantos años de maestra recuerda el caso de una alumna que no quería salir al recreo. "Un día le pregunté y me respondió que su abuela le decía que el sol soltaba una mona que se llevaba a los niños, cuando lo que quería la mujer era que la niña no saliera a la calle".
La obra "tiene una parte formativa para los abuelos, y luego una serie de propuestas para cosas muy sencillas: proponerle que ayuden en la casa, regar las macetas. Que no estén todo el tiempo inactivos".
Con sus nietos tiene a lo largo del año "varias convivencias, promovidas por mí, y les mando una invitación por correo". Expone el programa "con concursos, la merienda, los juegos... aseguro que estos niños no se acuerdan de poner la tele".
Su idea es que "somos nosotros los que tenemos que ir a su terreno y hacernos niños". De todas formas, "si hay que ver la tele, se ve; pero con ellos".

martes, 13 de julio de 2010

Aquí hay tomate


 13/07/2010 ISABEL Agüera
DIARIO CÓRDOBA/OPINIÓN
Con estas temperaturas y el morbo del fútbol, ¡para qué lo difícil que resulta dar en el quid de algo que interese al personal! Es por eso que "mi canción del verano" la voy a dedicar a narrar relatos que en un tris nos dejen así como exclamando: ¡Aquí hay tomate! Y sin más preámbulo, allá que voy con el primero que he bautizado con el tierno y romántico título de "Una flor para él".
El, octogenario, cargado de dolores e impotencias, vivía solo en casa de vecinos en un viejo barrio. Cada mañana, en invierno y verano, doblado un sobre un arcaico bastón, salía cada día. Ella, en idénticas condiciones, arrastrando un carrito andador, lo más aseada que alcanzaban sus menguadas capacidades, también salía. El y ella tenían como fin un destino común: la caja de ahorros del barrio. Allí, sentados, con el beneplácito del personal, pasaban las horas uno junto al otro, en silencio, viviendo en complicidad el aire acondicionado en los rigores del verano y la calefacción en los helados inviernos. El un día faltó. Ella, limpiándose los ojos con un pañuelo amarillento, repetía a unos y otros: Se ha muerto, ha sido de repente.
Y a partir de aquel día, ella, cada vez más a rastras con su andador, llegaba puntual y entre sus manos, sin fallar ni un solo día, una florecilla cualquiera que colocaba en la silla vacía de él y por su mente un solo pensamiento: ¿Quién se encargaría de que no faltara la flor cuando ella se fuera?
¡Qué barbaridad y qué ternura! Gente así de chula, haberla hayla, porque, por mucha cara que echemos y por mucho que nos escondamos nuestro corazoncito, no dejamos de ser otras con nuestra respectiva perla escondida.
¿A que aquí hay tomate? Y mi cuento no es cuento sino realidad que con estos ojitos vi, sentí y...  ¡Por favor que son las siete de la mañana del lunes y las dichosas vuvuzelas truenan todavía por mi avenida!

viernes, 9 de julio de 2010

NOTICIAS

NOCIAS SOBRE MI NUEVA OBRA

http://www.diariodelasierra.es/2010/07/06/una-guia-desvela-las-claves-para-que-lo-abuelos-hagan-del-cuidado-de-sus-nietos-un-experiencia-divertida-y-pedagogica/


Editar Suprimir ↑ ↓ http://www.abcdesevilla.es/agencias/noticia.asp?noticia=444478

Editar Suprimir ↑ ↓ http://www.cope.es/cultura/08-07-10--guia-practica-abuelos-nietos-estrategias-una-experiencia-divertida-191728-1

viernes, 2 de julio de 2010



Querido moises


29/06/2010 ISABEL Agüera



Hola, mi querido Moi: te escribo aquí, en la hoja grande, como llamabas tú al periódico, porque hoy la casualidad nos puso frente a frente, cuando, con lágrimas en los ojos y tus notas en la mano, salías del instituto. Aceleraste el paso al verme y dándome un beso susurraste: "Me han suspendido matemáticas, y no es justo porque las llevaba bien y notable y me salía aprobado". Al llegar aquí, la voz se te rompió en congoja por lo que, echándote mi brazo, te dije: ¿tú has hecho lo que debías? ¿Te has esforzado? ¡Claro! Si todo lo hice bien, pero me equivoqué en una cuenta del problema- ¿Y no puedes recuperar? ¡Qué va! --exclamaste con rabia--. Dice el profesor que no hay segundas oportunidades, que me espera en septiembre. Se me parte el alma recordando tus ojos de lágrimas y tu impotencia ante lo que considerabas, y creo que de ser como lo contabas, lo era, injusticia. Tú eres un todo terreno para muchas cosas, pero, como todos, no en el mismo grado para todas. Eres inquieto, curioso, observador, eres, y así te veo en el futuro, un gran investigador. Todo te interesa, todo te preocupa y todo te afecta hasta límites impropios de tus años. Siempre, a mano alzada, una pregunta que hacer, una injusticia que denunciar, una rabieta que contener. Tal vez sea todo eso lo que no te perdonamos muchos de tus educadores; lo que nos molesta: queremos alumnos sumisos, callados y no con la mano en alto, sino con la boca abierta para tragarse nuestras manías, para obedecer sin preguntar, para tragarse nuestros malos humos y hasta nuestras injusticias. ¡Claro que te mereces esa oportunidad que pides! ¡Y claro que llevas razón en lo de la evaluación continua! ¿Para qué si no sirve? Tu esfuerzo, cuenta, tus evaluaciones anteriores cuentan y cuenta ese deseo tuyo de una segunda oportunidad. Te la mereces, hasta ese maestro que olvida qué cosas cuentan al evaluar...



* Escritora y maestra

miércoles, 23 de junio de 2010

A MI HERMANA

¡CUÁNTA TERNURA!

A mi hermana en el día de su jubilación



 CARTA AL DIRECTOR DIARIO CÓRDOBA 
Llega, al fin el día, querida hermana Estrella, de tu jubilación voluntaria, día en el que tanto has pensado y que tantas vacilaciones te ha sugerido e inquietado. Algo, sin duda tiene de mágico y maravilloso el mundo de la educación que, para maestros/as como tú, que saben descubrirlo, causa dolor abandonar.
No obstante, la ventaja que te llevo en años me autoriza para hacerte unas consideraciones en este, sin duda, gran día. De siempre he considerado el magisterio como un sacramento que imprime carácter y es por ello que tú seguirás siendo maestra mientras vivas. Allí dónde estés habrá alumnos a los que enseñar y maestros de quienes aprender. El mundo, la universal aula que todos a diario compartimos, te espera. Siempre encontrarás dónde y cómo enseñar, pero sobre todo, y a ello debes dirigir tu atención y tus esfuerzos, siempre encontrarás dónde y cómo aprender.
Tu mejor carrera está por hacer. Sí, aquella, en la que, calzando sandalias nuevas te revistas de valor para emprender caminos, proyectos, ignorados todavía por tí pero que, sin duda, la gran noria de la vida te irá guiando en un descubrir firmamentos donde prender rutilantes estrellas.
La jubilación no es un punto final, sino un punto y seguido más de los muchos que componen el mapa de nuestra existencia. Alégrate, pues, por vivir este día. No hay finiquito por los buenos maestros.
Cítara en mano clama el Rey Salmista, tras la victoria: Alabad con júbilo a Dios toda la tierra/Alzad los cánticos, las ovaciones y los salmos... Maravilloso final para una vida de luchas, cuya mejor batalla empiezas hoy.
Felicidades también a tantos otros maestros/as que en estas fechas relevan la antorcha y, sin perder marcha, siguen en el tajo.

miércoles, 16 de junio de 2010

Maestros con pedigrí

DIARIO CÓRDOBA
16/06/2010 ISABEL AGÜERA

Se aproxima el final de curso, fechas en las que las evaluaciones comen a los profesores y hacen temblar a los alumnos. Desde mi punto de vista, y así lo he practicado siempre, es necesario que demos oportunidad a los alumnos para que ellos también evalúen nuestra gestión como profesionales.
Tal vez pueda resultarnos muy drástico el procedimiento pero yo creo que hay que afrontar la realidad y saber cómo nos ven, cómo nos sienten... Ellos y ellas son, sin duda, el mejor espejo donde mirarnos y descubrir tanto nuestros defectos como nuestras virtudes.
Hace unos años escribí para una revista portuguesa un artículo con este mismo título, maestros con pedigrí, porque, efectivamente, como para todo, se precisan cualidades naturales, raza para ejercer de forma exitosa el magisterio. No se trata tan sólo de más o menos estudios sino de ese sexto o séptimo sentido para saber, intuir el qué y el cómo actuar. En dicha revista citaba mis principios básicos para rotular en nuestro brillante título de maestros:
Un maestro jamás debe humillar a un alumno y mucho menos delante de los demás alumnos. Un maestro siempre debe prever una salida airosa para cualquier tropiezo, o excusa de los alumnos.
Un maestro jamás debe intentar hacer de los alumnos una copia de sus ideas, gustos, etc. 
Un maestro debe olvidarse de la suma porque jamás un alumno más otro darán por resultado dos.
Un maestro no puede ser "sastre" de talla única porque no hay vestidura válida para dos.
Un maestro jamás debe quedarse en la superficie, anatematizando el "oleaje" sino que su mirada debe profundizar en las inmensas maravillas de los fondos.
Un maestro es, y no puedo extenderme más en este espacio, el hombre o la mujer que tolera, acompaña y, sobre todo, ama a sus alumnos sin excepciones.

jueves, 10 de junio de 2010

MI NUEVA OBRA

Estrategias para que los abuelos hagan de la convivencia con sus nietos una experiencia divertida, pedagógica y enriquecedora.

Las exigencias, cada día mayores, de la sociedad actual, marcada por una competitividad laboral acuciante, conllevan que los padres se vean a menudo en la necesidad de dejar a los hijos bajo la custodia de los abuelos. Estos se encuentran así ante una tesitura singular. Por un lado les complace enormemente hacerse cargo de sus nietos, cuya compañía les agrada y rejuvenece; por otro, su libertad de acción se ve restringida y el peso de los años les impide atenderlos en plenitud de facultades. Isabel Agüera, que cuenta con una amplia y exitosa obra en torno al ámbito educativo y el universo infantil, incide en dicha problemática en este delicioso libro que contempla con mirada jovial y espíritu práctico una situación extremadamente frecuente

En sus páginas la autora desglosa las claves para hacer de la relación entre abuelos y nietos una vivencia sana, enriquecedora, tanto para los unos como para los otros.

En esta obra, que la autora dedica a sus ocho nietos, Isabel Agüera comienza diciendo: Esta mujer de cuentos y juegos, esta abuelo-niño-como me llaman mis nietos- tras ser madre y maestra, ha descubierto que nada hay más maravilloso que ser abuela.

lunes, 31 de mayo de 2010

Mascotas mascoteros

¡Anda que con la que está cayendo, y yo derivando palabrejas! ¿Pero cómo si no llamar al que tiene una mascota? Y lo de tenerla es muy bueno y muy santo y también el de sacarla a pasear, aunque a veces resulta irrisorio ver a un gigantón enganchado a la cadena de un pusilánime chihuahua.
Pero no es el caso al que me voy a referir sino a una pareja más proporcionada: gigante él y gigante perro mascota y no digamos gigante la mierda que soltó el animal en las narices de un grupo de gente que desayunábamos tranquilamente en la puerta de una cafetería de nuestro barrio. ¡Vaya que la mediterránea tostada de aceite y jamón se nos tornó coro de arcadas, aspavientos y reproches!
¿El gigante mascotero? ¡Nada de nada! Tan orgulloso y, tras el instante de parada que llevó la defecación, adiós muy buenas que ahí os quedáis con el paquete.
¡Con la que está cayendo y esta aparente tontería! No obstante, pienso que mucho de lo que nos pasa tiene su raíz en esa poca vergüenza de creer que la "calle" es mía y ¡sálvese quién pueda!, porque nada importa el bien, el respeto que debemos a los demás.
Un bledo nos interesa la "tostada", que se coma o se atragante el otro. Nuestro mundo, más que nunca, queda reducido a la célebre frase del señor Gasset: Yo soy yo y mi circunstancia. Y esas circunstancias, que suman a nuestro yo, tienen otras muchas definiciones: yo, y mi dinerito; yo y mi política; yo y mi poder; yo, yo y hasta mi almohada.
¡Qué pena con lo perecedero que es todo! Siempre estuve, y estoy, de parte de las mascotas, por débiles, manipulables- pero creo que a veces, sin remedio, hay que pactar con el mascotero que es el inteligente responsable de las boñigas y para eso hay que achuchar menos y arrimar más el hombro, ya que de lo contrario, bla, bla- ¡Y quítate tú que me ponga yo!



* Maestra y escritora





miércoles, 12 de mayo de 2010

NIÑOS INVISIBLES



En muchas ocasiones, y con variopintos objetivos, pero el primero conocer a mis alumnos, les he pedido que se dibujaran a sí mismos. El resultado, tras la observación de cada uno de ellos, ha sido siempre de un gran valor psicológico y, por consiguiente, educativo. Recuerdo especialmente algunos de aquellos “autoretratos” que me enseñaron lecciones de vida y comunicación.

Uno de ellos fue el de un niño que se dibujó en un podium y rodeado de copas.. Sorprendida, puesto que se trataba de un alumno muy introvertido, le pregunté: ¿Cuándo y por qué te has subido a un podium? Con una ingenua sonrisa me contestó: No me he subido a ningún podium. Me he dibujado así para que me veas.

Hay quien dice que se ha pasado la vida en las aulas enseñando, pero yo más bien creo que me he pasado la vida en las aulas aprendiendo. Efectivamente, silencioso, trabajador y responsable pasaba un poco desapercibido, invisible, ya que, por lo general, se suele prestar más atención a los conflictivos, perezosos e incordios que abundan y, a veces, son objeto de nuestra total solicitud.

En la importante teoría de la Gestalt hay una clara distinción entre la figura, aquella que se percibe como sobresaliente, y el fondo que viene a ser algo indefinido cuya función es servir de base envolvente a la figura. Los niños invisibles son aquellos que no logran que “luzca” su figura y quedan perdidos en la envoltura del fondo con el peligro de quedar marcados para siempre en una nefasta autoestima que los conducirá por la vida como personajes insatisfechos, agresivos, etc. Es por ello de sumo importancia que los alumnos, todos, en alguna ocasión, al menos, se sientan protagonistas de algo pero ante todo de nuestra especial atención y afecto, ya que de lo contrario no habrá podium en sus vidas que los aúpe a la altura que todos, legítimamente, necesitamos.

lunes, 3 de mayo de 2010

Ser escritor/a


04/05/2010

Ser escritor/a
Todavía flamean por nuestro bulevar destellos de la Feria del Libro. Es por ello que no haya prescrito aún la reflexión que en estos días me llevaba a escribir el siguiente mini relato: un hombre, que de toda la vida se había dedicado a limpiar máquinas de escribir, decidió hacerse escritor. Así, mal escribió y mal se público su libro. Después, con él bajo el brazo, repetía ¡Soy escritor; soy escritor! Un día tropezó con un antiguo cliente. Este, al verlo le preguntó: ¿qué? ¿Cómo va el asunto de las máquinas? Lo dejé, ¿sabes? Fueron demasiados años poniendo a punto los libros de los demás. Ahora trabajo para mí. Y poniéndole su obra en la mano, dijo: toma, lee y presume de amigo escritor. El hombre, sabio y prudente, ojeó el libro y exclamó: ¡vaya! Compruebo con desagrado el que tú, experto en limpiar máquinas, has descuidado la tuya. Esta lectura es ilegible. En estos tiempo parece que el ser escritor es algo así como el pasaporte imprescindible para lograr la inmortalidad y si bien es verdad que todos tenemos derecho a desearla y buscarla, no lo es menos que los caminos son tantos como seres humanos habitamos el planeta. ¡Qué absurdo sería decidir ser un Picasso, un Mozart, etcétera! La vocación de escritor, para mí, es ante todo, una especie de brote creativo que surge a partir tal vez de una simple observación o acontecimiento pero que, día a día, impulsa al escritor a derrochar tiempo, silencios, renuncias para fecundar y hacer crecer la criatura maravillosa que se va gestando, como si una gran fuerza interior empujara y se impusiera, sin tregua posible, hasta adquirir la madurez para tomar las riendas de sus posibles derroteros. El título de escritor es lo que menos importa porque la aventura de escribir no tiene como fin primordial la fama, cosa, por cierto, bastante circunstancial, sino ser cómplices privilegiados del gran milagro creador.



* Maestra y escritora

martes, 30 de marzo de 2010

Tener Currículum

31/03/2010 ISABEL Agüera


Me lo decía una antigua alumna de las de sobresaliente para arriba: Me piden currículum para todo y, ¿cómo lo voy a tener si lo que busco es mi primer trabajo? Y a mi memoria el berrinche de aquel primer premio de narrativa que, sorprendentemente, conseguí pero que se cargó el dichoso currículum ése porque, repetidamente, las mismísimas palabras al teléfono: Su nombre es inédito. Nos costaría mucho publicitarlo. Y me tuve que resignar. ¡A ver qué remedio!
Pero eso sí: el propósito firme de olvidarme de premios, fama rápida y barata, olvidarme de la gloria y del placer de pasear con mi obra editada debajo del brazo y pregonando a los cuatro vientos: ¡Que ya soy escritora!
Y comencé a trabajar duro, renunciado a ser planta trepadora, satélite o comercial, renunciando así a cualquier subtítulo que arropara mi nombre. Corrían los años setenta, y yo enfrascada en traer hijos al mundo, y obsesionada por hacer de la escuela un lugar donde mis alumnos y yo fuéramos felices, y embarcada en todas las aventuras culturales que se me ofrecían.
¡Ay, ay que estoy recordando que alguien dijo que nada existe más odioso que escuchar a uno hablar de sus éxitos! Pero, no; yo no hablo de éxitos, sino de currículum, y hablo de cara a que los principiantes de cualquier trabajo sepan que hay un camino que recorrer, que nadie puede dar un salto y en un pis-pas llegar a la cima porque un curriculum es la relación de títulos, honores, cargos, trabajos realizados, experiencias adquiridas, datos biográficos, etc, que califican a uno como competente profesional y si es cierto que muchos de estos atributos se pueden comprar, que el estraperlo curricular anda a la orden del día, la verdadera satisfacción no será la de haberlo obtenido sino la de haberlo merecido.
No a la envidia, no a la competitividad y a las escaleras de arena. Sí al trabajo y punto.

martes, 23 de marzo de 2010

Aprender a ser

Hay que aprender a ser
24/03/2010 ISABEL AG ERA

El era feroz huracán de adolescencia. Era un claro oscuro de auroras y crepúsculo apenas sin días. Era un agridulce que se colaba en el paladar y, en contrastes, mal se digería. Era una mirada tierna en un desconcertante rutilar de gracia y picardía. Era personaje protagonista de mil historias inventadas. Era amigo, novio, amante --decía--. Era un chaval que un día, hace ya mucho tiempo, se cruzó en mi camino una mañana de septiembre, cuando, con catorce años, alguien de un empujón lo obligó a entrar en aquella mi clase de un pueblo, jardín de huertas y azahares: ¡Anda, so traste, a ver si aprendes algo bueno! Era un vaivén de colegios y maestros. Era "alias virus" entre compañeros.

Era un mal trato, un olvido de todos. Un día, alguien, con palabras de promesas y amistad, lo engañó. Se alejó de la escuela: buscó la vida en la calle. Hace un par de años, lo encontré, un día: Tengo SIDA, pero no la he olvidado --fueron sus únicas palabras en un rostro deformado--. Tampoco él había caído en mi olvido, pero hoy su recuerdo me crece y me parece ver en su mano levantada pidiendo auxilio la de tantos alumnos y alumnas que pasan por nuestras aulas sin que jamás hayan oído, al menos de nuestros labios, la palabra amor.

Llegan y se van a nuestras aulas como números que contar, como recipientes que llenar a presión de competencias cognitivas, olvidados, tal vez por ignorancia, de que no basta con saber, sino que hay que aprender a ser, ante todo, y ese aprendizaje sólo se puede administrar desde el amor, y el amor es esa delicada flor que hay que abonar, regar y cuidar de las excesivas temperaturas y de las intemperies, al tiempo que favorecer su crecimiento en libertad. Los alumnos y alumnas deben saber que los queremos porque las páginas escritas con amor no hay años que puedan borrar. Doy fe de ello. Siempre quedan ecos grabados en el alma.

martes, 26 de enero de 2010

Los sueños son necesarios

Los sueños son sumamente necesarios e importantes, dice G. Lucas, porque nada se hace, nada se consigue sin que antes se imagine. Hace unos 20 años, cuando por primera vez me senté ante un ordenador, tuve un sueño: que todas las aulas de Andalucía fueran espacio de luz, progreso- Que todos, de la mano de sus maestros accedieran a las nuevas tecnologías, ilusionados con las posibilidades que las nuevas herramientas les proporcionaban.

Un sueño que dejaba atrás tantas penurias como había vivido y soportado la escuela pública. Hoy, lejos de la enseñanza presencial, que no de los variopintos temas relacionados con la educación, hago mías las palabras de Amado Nervo: yo he vivido mucho porque he soñado mucho.

Sí, superada por la dura realidad, mi esperanza y mi perseguido deseo, lograr dignidad y bienestar, como pilares necesarios e imprescindibles, tanto para profesores como para alumnos, pero tan solo con sueños no se avanza.

Hay que hacer camino con decidido y constante afán de perseguir lo imaginado, lo soñado, lo que en una clarividente intuición nos guía hacia el futuro como único horizonte. No todo está terminado.

Yo creo, más bien, que, al fin damos los primeros y pequeños pasos, pero certeros, por el cambio que precisa nuestro sistema educativo. No, no son tan solo los ordenadores que la Junta, con esfuerzo económico, pone en manos de los alumnos, ni son tan solo las nuevas tecnologías la panacea que ponga fin a los grandes problemas educativos, porque en ese día que ya amanece, los alumnos, todos, serán siempre el objetivo por excelencia al que, con grandes dosis de humanismo y creatividad dirijamos, de cara a su realización íntegra como personas libres y autónomas: Un sueño necesario.

martes, 19 de enero de 2010

La vida, un repente


La vida, un repente
19/01/2010 ISABEL Agüera

En una obra inédita titulada Repentes , de la que soy autora, me he reencontrado con una singular prosa poética que, modestia aparte, me ha sorprendido por su ingenua y profunda belleza. En uno de sus monólogos dice así: ¿Yo estoy hecha de repentes? De repente, Dios; de repente, nada; de repente, depresión; de repente, amor; de repente, el día; de repente, la noche; de repente la vida, de repente la muerte...

Yo quiero ser aquella niña que se tragó una estrella para dar brillo al corazón de sus repentes. Esta mañana fría de enero, al fin, un fogonazo de sol, desde mi terraza.

Mis pensamientos se han eclipsado en un crecer de sensaciones que más bien es un recorrer horizontes de soledad y silencios. De repente, nada. De repente, casi hastío de tantas mezquindades humanas. De repente, ese lejano país destrozado en un repente y, por si fuera poco, de repente a las seis en punto de la madrugada, una ambulancia de urgencias muy cerca de mi puerta.

Sí, la vida tan solo es eso: en un tris, estar o dejar de estar. No obstante, ¡hay que ver cómo nos apoltronamos en nuestras particulares guerrillas como si fuéramos eternos, como si no existiera más mundo que el de los placeres por el poder!

Ella y él, opulencia, viajes, fiestas, agasajos... El y ella vivían sumergidos, plácidamente, en el mundo del día, y en total desenfreno. Súbitamente fueron sorprendidos por el repente de un eclipse que hizo noche la hora esplendorosa de aquel día. El y ella, en total oscuridad, comenzaron a descubrir enfermos, pobres, niños abandonados, mujeres maltratadas, emigrantes que se hundían en pateras, cárceles abarrotadas de injusticias... Ella y él, atónitos, exclamaron: ¡Pues si hay otro mundo: el de la noche! De repente, majestuoso, rojo, bellísimo, un capullo en el rosal de mi terraza.

¡Quién fuera la niña aquella que se tragó una estrella y poder volar con su brillo a ese país destrozado!

miércoles, 13 de enero de 2010

Lo de menos, los niños


Portada > Educación
VALORES.
Hace unos días, tomando café con un grupo de amigos, se nos fue el santo al cielo recordando los juegos de nuestra infancia y contrastándolos con los de hoy con cierta añoranza, ya que cuando nuestros pequeños viven tan enfrascados en las videoconsolas, juegos de ordenador, etc. se echa de menos que los pequeños ni tan siquiera conozcan aquellos otros tan dinámicos, divertidos y de tan poco coste como eran La rayuela, El escondite, El trompo, etc.

Yo recuerdo especialmente el juego con el aro. Sí, juego de niños, que bien sexistas que era la sociedad que los clasificaba, pero, ¡cómo me divertía y qué importante me sentía corriendo con el aro por las calles de mi pueblo! Y quien dice con el aro, con el diábolo, con la comba- Cada estación del año tenía sus propios juegos. El juego es un rasgo singular de la infancia y una actividad que acompaña la experiencia cotidiana de los niños. Además, el juego es un derecho de los niños y una expresión social y cultural que se transmite y se recrea entre generaciones.
Hoy día, no hay transmisión que valga: el último invento de la técnica, el más publicitado, el más caro es el que buscamos, a veces hasta con ansiedad económica, para nuestros pequeños. Y es evidente que nuestros niños están saciados de sofisticados juguetes pero con ellos, paradójicamente, hemos desplazado el juego ya que, con los mal llamados juguetes de ahora, los niños pasan horas sentados, absortos, manipulando, sí, maquinitas pero, ¿y la imaginación dónde queda?
Cientos de veces he comprobado como los niños siguen siendo niños y basta invitarlos a un simple juego de los de antes para comprobar cómo les entusiasma. Por qué no vuelve, por ejemplo, el aro. Tal vez no sea rentable para los jugueteros y mucho menos para los padres que, ante todo, desean que los pequeños no hagan ruido, no alboroten, no corran.. Lo de menos, pues, los niños.

lunes, 4 de enero de 2010

Carta Personal

Carta personal
05/01/2010 ISABEL Agüera
Queridos Reyes Magos: Este año he sido buena... ¿Estoy escribiendo a los tres Reyes de un plumazo? ¿Y cuál de los tres se va a responsabilizar de la historia de mis bondades y me va a dejar en mis brillantes zapatos los regalos que voy a pedirles?
No, lo suyo sería dirigirme a uno contarle mis aventuras y desventuras, preocuparme por su salud y la de toda su familia y, en fin, rematar la carta con unos reglones de cruces y ceros que según decía Carmina, cuando escribía a su quinto, significan besos y abrazos.
Y digo lo de la carta personalizada porque hay que ver la historia de los correos masivos que nos llegan cada día, y máxime en estas fiestas, al buzón de nuestro ordenador que dice que no puede más, que va a reventar.
La verdad es que aquella costumbre de escribir cartas de puño y letra se nos fue al traste con el invento de los email, y es una pena porque era todo un ceremonial los ritos que conllevaba: hora, lugar, papel y hasta el perfume, a veces, como sello de autenticidad y presencia. Pero sobre todo el destinatario. ¡Qué calidez leer una carta personal! ¡Y como vigilábamos la llegada del cartero! Pero RIP, pues, a las cartas personales. Y, bueno, el invento del correo electrónico no está mal del todo con tal de que, mientras se escriba, uno esté pensando en el destinatario, en sus problemas, en sus gustos, etc.
Pero no, lo que mola es un clic y quinientas o mil direcciones con un insustancial mensaje y un PPS de regalo o, mejor, si podemos, con la imagen de nuestro último invento.
Yo creo que se ofende a los amigos con estos procedimientos.
Así que mi carta de reyes la dirijo a su majestad Gaspar. ¿Y qué le pido? Este año, nada; le adjunto un chequecillo porque con esto de la crisis, debe andar chungo y mejor dar que pedir.
Y eso sí, me alegraré que al recibo de esta, la familia, la salud y, cruces y ceros a porrillo que eso calienta y es barato.
* Maestra y escritora