lunes, 28 de abril de 2008

POSMODERNIDAD Y EDUCACIÓN 1ª PARTE

POSMODERNIDAD Y EDUCACIÓN

http://www.isabelaguera.com


INTRODUCCIÓN
Muchos son los artículos que llevo leídos en los últimos años sobre educación, dado que el tema me interesa, sobre todo, como observadora y reflexiva profesional que busca y desea encontrar respuestas, tal vez inéditas, originales, pueden parecer, pero adecuadas, efectivas y urgentes, a las necesidades que hoy día demandan los alumnos.
No obstante lo mucho escrito, desde mi punto de vista, es preciso situarnos con claridad y lejos de excesivos tecnicismos en la realidad de esta sociedad cambiante que anatematizamos sin caer demasiado en la cuenta de que todos, inmersos en ella, somos la globalidad que camina, que guía, que marca pautas de conducta, al tiempo que reprueba, condena, se rebela ante quienes las siguen.
Es por ello que, ante todo, quiero ser explícita y didáctica para hacerme entender sin grandes esfuerzos por parte de los lectores.
Y como introducción, que nos sitúe en el umbral mismo de la problemática actual, voy a referirme, en primer lugar, a ciertas experiencias -casos- entre padres, maestros, hijos, alumnos que me han hecho reflexionar y profundizar en algo que, por intuición, y sin ser consciente de ello, sabía y trataba de remediar: Los niños, los adolescentes y jóvenes de hoy, nada, absolutamente nada, tienen que ver con los de ayer.
Pero vayamos por partes y veamos en primer lugar dos casos.

PRIMER CASO:
Un pequeño de ocho años, ante una rotunda imposición de la madre contesta:
-No quiero, no tengo gana; paso de ti…
La madre, echa una furia, lo recrimina:
-¡Mañana no sales! A mí no me contestas tú de esa manera. A ti te voy yo a enseñar a ser respetuoso y educado... ¡Valiente sinvergüenza!
El niño contesta:
-Bueno, si no salgo, mejor; no me importa.
Interviene el padre que más drástico, lo amenaza:
-Aquí en esta casa no quiero gamberros. Así que, cuando quieras coges la puerta. A tu madre no se le contesta así.
-Pues, tú le contestas a mamá –añade el pequeño
-Yo hago lo que me da la gana, pero tú, mientras estés en esta casa, o te comportas o a la calle.
El pequeño cogió la puerta y se fue.

Largo de contar el desenlace pero creo que basta con lo narrado para poder evaluar actitudes y realidades.

SEGUNDO CASO:
A una adolescente le suena el móvil en la clase. La maestra monta en furia y pregunta:
-¿De quién es ese móvil?
-Mío –contesta la chica poniéndose de pie-. Me llamaba mi madre para darme un recado.
-¡Dame el móvil ahora mismo! –exclama la profesora- Sabéis que no quiero móviles en clase. ¡Qué falta de educación! ¡Y encima, contestas!
La chica no se inmuta. La profesora repite:
-¡Que me des el móvil ahora mismo!
-¡No se lo doy! –contesta- Usted también lo tiene y se sale de la clase para hablar, y yo no me puedo salir.

Muy interesante sería poder analizar detenidamente, a modo de psicodramas, casos reales como los citados y evaluar, con objetividad, actitudes, comportamientos, valores… consecuencias. Pero, dada la limitación del espacio, me propongo en este artículo dar respuestas generales, válidas a problemas concretos que tanta confusión generan en educadores, en general.

domingo, 27 de abril de 2008

sábado, 26 de abril de 2008

MIS ALUMNOS APRENDEN A SOÑAR


HUMANISMO Y CREATIVIDAD




Cierta parábola cuenta que un pequeño entró un día en el estudio de un escultor y vio un gigantesco bloque de mármol. Dos meses después, al regresar, encontró en su lugar una maravillosa estatua ecuestre. Y, volviéndose al escultor, le preguntó: ¿Y cómo sabías tú que dentro de aquella piedra había un caballo?
Las preguntas del pequeño son bastante más que una ocurrencia infantil. La verdad es que el caballo estaba ya dentro de la piedra, y que la habilidad del escultor consistió en saber verlo e irle quitando al bloque de piedra todo lo que le sobraba.
El escultor no añadió nada; sacó la figura encerrada en la piedra, viendo dentro lo que no veía nadie.
Redondeando esta idea, recuerdo ahora a un marinero que me dijo un día: Para ver el mar, niña, no te detengas en la orilla. Mira hasta lo más lejos que te alcance la vista, y allí, sigue mirando.
De igual forma yo pienso que para conocer a los seres humanos no basta con mirarlos a la cara sino que hay que alcanzar las vastas profundidades de su alma donde se esconde esa obra de arte que puede iluminar al mundo, pero hacen falta artistas, ojos avizores que, olvidados de las muchas teorías aprendidas, hagan de su práctica escolar dos sencillos principios: humanismo y creatividad
Principios ambos que ni hay que proponerse ni exigir: Simplemente se ema­nan con toda naturalidad, como mana el agua del manantial, cuando se nutre de copiosa lluvia, porque, ¿cómo dar lo que no se tiene?
Siempre he considerado que la finalidad esencial de la educación es conseguir la plenitud del hombre, del alumno mediante el cultivo de los valores más genuinamente humanos, creando contextos de amor y aceptación y entendiendo el estilo que J. A. IBÁÑEZ MARTÍN define como propio de la E. humanística: incitar al individuo a tomar una posición personal en su existencia, a base del esfuerzo, de tal modo que ame la libertad, la armonía y la cultura.
Pero hacen falta escultores educativos que, sin dañar la integridad, saquen, de la bravura de la “piedra”, la maravilla que esconde cada ser humano

LA LECTURA COMO VALOR



Dice Daniel Pennac, prestigiosa pluma del panorama francés, que el verbo leer no admite el imperativo, sino que su uso como tal mandato ha sido la causa de muchos rechazos viscerales a la lectura. Los hombres, todos los hombres, deberían leer con la naturalidad con que hablan y con la cotidianidad con que se relacionan entre si, porque leer es una parte más de la vida, mediante la que podemos ponernos en contacto con otros mundos, con otros sueños, con otros pensamientos, con otras ilusiones, con otras penas...
Fernando Savater dice: que algunos habitamos la tierra como lectores y que todo el resto de lo que hacemos es una consecuencia de haber leído o un pretexto para seguir leyendo.
La lectura hace al hombre más crítico y, sobre todo, más libre. Como en los emocionantes versos de Miguel Hernández imaginando la risa de su hijo recién nacido, un libro me hace libre / me pone alas. / Soledades me quita / cárcel me arranca
José Antonio Marina dice que huir de la lectura es:
Huir del argumento de la razón, de la claridad, del análisis, de la capacidad de crítica. Es en último término, abdicar de la libertad. La ignorancia es iletrada, Esto conviene repetirlo en un momento en que estamos a punto de naufragar en la fascinación de las redes. Quien piense que conectarse con INTERNET supone algún progreso o entraña algún aumento de conocimiento es un ignorante tecnológico. En la red se encuentra sólo lo que se sabe leer.
Efectivamente, en el mundo actual es cada día más importante el aprendizaje y quien más aprende es, se quiera reconocer o no, quien más lee y quien mejor lee.
Celia, personaje de Elena Fortun dice: A veces lo que sueño creo que es verdad, y lo que me pasa me parece que lo he soñado antes... Además, lo que ha pasado no está escrito en ninguna parte y al se olvida. En cambio lo que está escrito es como si hubiera pasado siempre.
No obstante, y con referencia a la lectura en los niños, entre padres y maestros, primero, y con el gran abanico de ocio que hoy día compiten ventajosamente con la lectura, provocan cada vez más continuos desencuentros entre los pequeños y los libros.
La lectura es un valor, y su práctica habitual rebasa el ámbito escolar al que con mucha naturalidad, los padres asocian casi en exclusiva.
La lectura no debe ser considerada simplemente como un proceso más de aprendizaje, sino sobre todo porque mediante su dominio se adquirirán destrezas, actitudes, competencias que le van a resultar imprescindibles en la vida cotidiana y en su integración, con posibilidades, en la sociedad.
De ahí que la familia, los padres deben adquirir conciencia de su gran responsabilidad, así como de la definitiva influencia que sus hábitos lectores, por un lado y su colaboración, por otro, puede ser determinante en el valor que para los pequeños resulte la práctica lectora.
No basta con mandar leer. Hay que leer con los hijos, compartir sus libros, comentarlos, transcenderlos a la vida real para censurar, aplaudir, opinar, etc. tanto acerca de su contenido como del proceder de sus personajes, etc. En una retrospección veo a mi padre con el Quijote entre las manos, y a mi madre con Las Mil y unas Noches... Estos fueron mis primeros libros cuando aún sólo sabía deletrear.
Y termino con unas reflexiones de Chesterton, ese genial maestro contemporáneo de la paradoja y del sentido común se sorprendía de lo absurdo de un mundo, como el nuestro, que valora socialmente más la actividad de un educador que enseña la regla de tres a cincuenta alumnos que la de una madre que enseña a su hijo todo sobre la vida. Todo el énfasis sobre la importancia de la educación para el progreso de un pueblo, los acalorados discursos de nuestros políticos sobre la necesidad de reformar permanentemente la educación para hacerla más efectiva, los aumentos de la partida de Educación en los Presupuestos Generales del Estado, son palabrería hueca o argumentación inconsistente, cuando casi nada ayuda a fomentar la dedicación de tiempo y de calidad a la forma más universal de educación, la educación privada en el hogar, pues comparada con ella, la educación pública en la escuela puede resultar estrecha y limitada.
El hogar sigue siendo el aula por excelencia, y la familia el núcleo básico de transmisión de todos los valores

martes, 22 de abril de 2008


DIBUJO DE MIS ALUMNOS QUE NO ENTIENDEN QUE SEAMOS DIFERENTES Y,
POR CONSIGUIENTE, DISTANTES Y CASI ENEMIGOS. mUCHA SOLIDARIDAD
Y MUCHO AMOR PRECISA EL MUNDO.

sábado, 19 de abril de 2008

ABUELOS Y NIETOS

No hace mucho recibí carta de un amable lector que, en todo un bello discurso, me pedía reivindicara desde esta columna se instituyera y celebrara el Día del Nieto. Sus razones, coincidentes con las mías, son objeto hoy de mis momentos de reflexión en voz alta.
Es cierto que el tema de las relaciones abuelos-nietos en estos tiempos adquiere especial relevancia, y son pocas las voces que se alzan proclamando tan bella realidad. “Abuela - me decía mi chiquitín de tres añitos - si estás olita y tenes medo, pos cerras los ojos y te tapas la cabeza con la ábana” ¡Qué maravilla escuchar tales palabras!
El alma llora en una miscelánea de sentimientos: alegría, dolor... pero sobre todo, una enorme ternura brota fresca y espontánea ante la ingenuidad de un pequeño, de un nieto que en sus pocos años intuye y sabe de la soledad del abuelo, figura que ha pasado a ser imprescindible en esta sociedad competitiva.
¡Cuántos niños, desde el amanecer, quedan a merced de abuelos y abuelas!, y son ellos maestros de increíble bondad, paciencia, cariño... porque ellos llegan cuando el peso de la vida, la experiencia, las ausencias, la soledad, etc. se conjuran para que las ilusiones, en muchos casos, hayan enquistado sin aparente retorno.
Pero he aquí que los nietos representan, de nuevo, todos estos bienes, muchas veces perdidos o deteriorados. Y la vida adquiere esa dimensión de lo casi divino, por la que todo vuelve a tener el color vigorizante de los años pasados.
Y son sus palabras, sus caricias, sus alegrías, sus gestos de pura complicidad ante la presencia de los abuelos.
¡Con cuánto amor recuerdo a mi abuela! Ella, liada en un mantón negro, me esperaba cada tarde a la salida del colegio y, abriendo la ventana, colocaba en mis manos infantiles, una ilusionante golosina.
Respeto y amor a los abuelos, que tanto aman a sus nietos, que tanto ayudan a los hijos, implicados en trabajos y afanes.
Pero un día también para el nieto, cuyo mejor paisaje, cuyo único universo no son otros que el amor de los abuelos

A MI HIJO


A RAMÓN AZAÑÓN AGÜERA, MI HIJO
¡Lo supe aquel día ya tan lejano! Tan sólo tenías tres añitos, cuando varias maestras reunidas tratábamos de dilucidar qué podía ser un elemental dibujo ilustrativo de una ficha de trabajo. Recuerdo que te saqué de tu clase, convencida de que nos darías la respuesta. Y así fue, en un instante, y con tu vocecilla de párvulo, dijiste: Es un sacapuntas.
Y efectivamente era un sacapuntas dibujado de canto. Entre sorpresa y carcajadas la anécdota se olvidó pronto, pero desde aquel día, supe de tu capacidad para crear, improvisar, supe de tus cualidades poco usuales de cara a un futuro en el mundo laboral. Y no sólo como madre te valoré, sino también como profesional de la educación en la que mi gran empeño fue siempre promover la individualidad, la diversidad, convencida de que hay talentos ocultos que no se pueden evaluar con libros de texto y notas que nada califican y para nada sirven.
Sí, tú, de alma sensible y noble, viviste pleno de ilusiones con tus muchas y creativas aficiones de las que todavía quedan restos por los armarios de esta casa, y que yo conservo con amor porque fueron y son exponente de tus precoces y casi mágicos sueños. Y tus alas despegaron, creciendo, día a día por horizontes de ilusiones, proyectos… superación.
De ti, hijo, se puede decir que naciste artista, y tu madre que lo supo siempre quiso, con sus mejores armas, con todo su amor, colaborar a que lo fueras porque el arte, la belleza sólo es comprendida con el espíritu. Es bella y eterna la calidez que emana del corazón y se va proyectando allá donde alcanza nuestra mirada, nuestro destino, nuestra imaginación.
Pero he aquí que la vida es una lección continua para quién sabe leer en sus páginas que se van escribiendo al hijo de los días.
Y en este hora, cuando ya tienes tu propia hogar, tus esposa e hijas y cuando recibes tan merecido e importante premio, no puedo dejar de felicitarte públicamente, porque tu ejemplo puede servir a tantos jóvenes perdidos, hoy, atrapados por sistema de estudio generadores de fracasos y frustraciones.
Mi enhorabuena, hijo. Sigue sencillo, creativo, soñador, porque tuyo, y de lo que son como tú, es el futuro.

ALERTA, PADRES


Es curioso observar la habilidad de los chicos para manejar el mouse de un PC. Parece como si éste hubiera nacido con ellos. Internet le ofrece todo tipo de páginas de contenido tan sumamente atractivo que es casi imposible resistirse a ellas.
Pero en medio de la maraña de buenos sitios, la Web, como toda telaraña, también cría seres ocultos, negros, garras infernales para los pequeños que presas fáciles caen en ellas con efectos irreparables
No hay que esforzarse mucho para descubrir con cuánta facilidad personas anónimas con ideas perversas pueden estar manejando los finos hilos de la sensibilidad de nuestros hijos, ahí, en el hogar, junto a los padres que ajenos a tantos y tan graves problemas se desentienden de sus chicos que pasan horas conectados a la red. Y no son historias leídas de sucesos lejanos, no; yo misma he comprobado, con inmenso dolor, los cómodos caminos que proporcionan acceso y comunicación con niños desde los seis años. Sí, basta entrar en canales del chat para los más pequeños y, pasando por uno de ellos, obtener conversaciones sexuales, intercambio de fotos - engañosas por parte de los mayores- e incluso buscar encuentros cara a cara con chicos ajenos al riesgo que se exponen.
Y es que tras las brumosas aguas de la Web, los peligros son inmensos: pornografía que, en constante bombardeo, se superpone con total desvergüenza en los mensajes que se cruzan los pequeños y que de forma explícita o subliminal penetra y anidan en las regiones más primigenias del cerebro humano, creando adicción a un sexo generador de aberraciones, agresividad, violencia... Si esto le sucede a un adulto, tal vez pueda digerirlo, pero cuando el que está ante la pantalla es un niño, las puertas del engaño, el daño físico y mental se agitan y puede ser irreparable.
Tras interesantes escuetas, el resultado es el siguiente: El 69 por ciento consideró que las porno páginas y el chat por desconocidos son el gran y terrible peligro de los menores.
Mi reflexión, mi indignación y mi súplica no son otros que invitar a los padres a comprobar, mediar y, sobre todo, denunciar.

CANTO A LA VIDA

CANTO A LA VIDA
...Y en este sueño helado de la noche, y en la esperanza del amanecer, que ya se conmueve, te veo, mi querido chiquitín, por fin en este mundo de luz del que tú ya formas parte, como una sonrisa que se dibuja en el aire e ilumina el camino crepuscular de mis sueños, rotos mil veces y recompuestos por el hechizo creador que es la vida. Te veo como el mejor beso que puede llegar a mis mejillas, como la orilla verde y soleada donde mis mejores alas podrán desplegarse y entonar, una vez más, el inmenso himno de la Alegría en este amanecer de luna llena, blanca, maravillosa de octubre.
Tú, mi niño, tan chiquitín, ya tienes rostro, nombre en el archivo de mis grandes amores.
Tú, que nunca sabrás cuánto te hemos deseado, cuánto soñado, cuánto sufrido, llegaste a la vida porque así lo quisieron dos seres humanos que, al amarse, te soñaron y, desde el mismo instante que supieron de ti, contaron las horas con una extraña ilusión que a todos nos transmitían, como pequeñita ola que nos refrescaba en esperanza la rutina de los días. ¡Sí, sí; eras tú!, que, desde la otra orilla, te erigías ya en guía de nuestros vacilantes pasos.
Quiero que sepas que entre lágrimas de alegría, de agradecimiento, de no sé cuántas y extrañas emociones, haces que me sienta, una vez más prolongación maravillosa de un Dios creador que, valiéndose del milagro del amor, una vez más, soplando en nuestro barro, te sacó de la nada.
¡Qué maravillosa madre! Casi niña, pero plena de ternura y amor, clavados sus ojos en ti, como el más bello paisaje descubierto, calla, sonríe, y yo creo que también llora. Y tu padre, nerviosillo, se infla cuando repetidamente escucha: ¡Igualito al padre!.
Yo, nada, mi canto a la vida y mis gracias a Dios.

lunes, 14 de abril de 2008

JÓVENES Y ADULTOS

Con motivo de la publicación de mi última obra en la que la protagonista, una adolescente, escribe y se expresa en primera persona, la pregunta obligada era ésta: ¿Y cómo es que conoces tan bien a los jóvenes? Sinceramente he sido yo la sorprendida, dado que esta interrogante venía a ser como una extraña concepción del adulto, alejado, se supone, de la realidad de su mundo.
Y no es así, al menos en mi caso y en mi obsesivo deseo de investigar todo aquello relativo a la condición humana desde cualquier edad, posibilidad o circunstancia.
Y, para tales fines, entre otros, he descubierto años ha un sustancioso y divertido filón por donde navegar oteando horizontes lejanos y tal vez absurdos, pero que me sirven de maravilla para enriquecer mi decidida vocación humanística y hasta filosófica, acerca de los más variopintos aspectos del ser humano: sí, me refiero a los chat. A veces conecto con jóvenes, chicos y chicas que sin tapujos hablan de todo, se expresan en un singular lenguaje y sus mensajes suelen carecer de seriedad, si bien tras ellos es evidente la lectura de su problemática vida en la que el futuro no solo es un lejano horizonte sino una muy negra perspectiva.
Y es curiosa e interesante a la conclusión que he llegado: no hay años de por medio en lo virtual. No son los años los que nos separan sino la mala digestión que hacemos unos y otros acerca de un mundo que compartimos como escenario pero en el que los roles que hemos adoptado nos han configurado en determinada e inamovible línea.
Válida o no, he acuñado una frase que me aplico con frecuencia: me creo mejor las mentiras que yo me cuento que las verdades que me cuentan los demás.
Y ahí radica el quid: los jóvenes se creen mejor sus mentiras que nuestras verdades tan impregnadas, la mayoría de las veces, de manidos convencimientos acerca de todo.

viernes, 11 de abril de 2008















Creatividad urgente

Hace unos días, un aventajado antiguo alumno, hoy un gran economista, tras asimilar los métodos creativos, objeto primordial de mi práctica educativa, reflexionaba en esta línea. Citando a Einstein decía: “La imaginación es más importante que el conocimiento” Y añadía: Hoy nos encontramos en la era de la información: somos la generación del conocimiento. Sólo se valora en las personas estudios realizados, conocimientos adquiridos... La mejor solución de todos los problemas suele ser la imaginativa, porque el que imagina es capaz de crear cosas nuevas que cambien el mundo. El que conoce, no. El que conoce sólo puede analizar lo que le rodea. Puede que comprenda e incluso sepa de dónde vienen y hacia dónde van las cosas pero nunca será capaz de cambiar su rumbo, de crear otro.

Efectivamente, mi alumno entendió aquellos mensajes del día a día en el aula, y se muestra feliz y agradecido.
Y siguiendo con sus asimilados principios, y en días de tanta conflictividad mundial, vuelvo a las palabras del científico alemán: “En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”. Sucede no obstante que solemos excusarnos creyendo que la creatividad, la imaginación es cosa de otros.
No, todos somos capaces de crear algo, Muchas veces he narrado a mis alumnos esta sencilla metáfora: Si en un camino encuentras un pedrusco, no lo pases de lago. Cógelo, examínalo de arriba abajo y trata de ver algo bello en él. Si lo descubres, llévatelo y decora con él algún rincón de tu casa: habrás creado arte. Si no ves nada, piensa para que te puede ser útil. Puede que crees una nueva herramienta, pero si no le encuentras utilidad, apártalo del camino: habrás creado entonces, mejores pasos para el que venga detrás.

Sí, la creatividad urge en nuestras aulas. Louis Charles. dice al respecto: “La imaginación abre a veces unas alas grandes como el cielo en una cárcel grande como la mano”. Nuestra prisión puede ser así de pequeña pero nuestro vuelo, como el de las águilas, puede remontar horizontes lejanos.
Creatividad más que nunca. No podemos dejar paso al conocimiento puro y duro. Los hombres más grandes de la historia siempre han sido más creativos que conocedores.

miércoles, 9 de abril de 2008

PADRES LECTORES

Hace unas fechas hemos celebrado el Día Internacional de la Literatura Infantil, y es por eso que no puedo dejar de referirme, una vez más, a la importancia de la lectura.

Incontables veces he insistido en algo altamente sabido: las primeras experiencias de la vida son definitivas para la formación de hábitos, valores y actitudes. Así, las vivencias que experimentan los niños en estos años respecto al lenguaje y al libro, incidirán de manera definitiva en su formación como futuros lectores.

No obstante, hay que tener claro, y ser muy conscientes de ello, que la lectura no consiste solamente en saber qué dice en determinado texto, sino ante todo el libro debe convertirse para el niño en el gran placer de descubrir el contenido, el valor de las palabras, las respuestas a sus muchas interrogantes, el libro, aún sin que el niño sepa leer, debe ser evocador de belleza y desencadenante de un gran deseo: qué dicen sus páginas. De ahí que la importancia de la lectura debe empezar en el hogar.

Sí, los padres deben convertir el hogar en espacio desde el cual los libros tengan lugar preferente, de forma que los niños no sólo los vean como objeto decorativo sino que oigan hablar de ellos, puedan hojearlos, contemplar sus ilustraciones, adivinar sus contenidos e incluso imaginarlos.

Y no basta con mandar leer. Hay que leer con los hijos, compartir sus libros, comentarlos, transcenderlos a la vida real para censurar, aplaudir, opinar, etc. tanto acerca de su contenido como del proceder de sus personajes.

En una retrospección veo a mi padre con el Quijote entre las manos, y a mi madre con Las Mil y unas Noches... Ambos libros, cuando tuve edad para comprenderlos, fueron mis primeras lecturas.

Seamos padres lectores para que nuestros hijos, libremente, sin mandatos expresos, lo sean. "La lectura hace al hombre completo; la conversación lo hace ágil, el escribir lo hace preciso" (Bacon).


Merece que empecemos a fraguar hogares donde padres e hijos caminen de cara a los libros.

miércoles, 2 de abril de 2008

FILOSOFAR EN EL AULA


Corren tiempos en los que es necesario cambiar el sentido de la gran aventura que es el vivir, rompiendo linealidades que nos dominan y excavando fisuras por las que asoma la novedad. Nuestra época puede presentarse crítica, y en esa medida dadora de situaciones que favorecen el surgimiento de un pensamiento rupturista y de nuevas y creativas proposiciones.
Pero tal aventura del nuevo vivir nos lleva a caminos del pensamiento y del conocimiento, ya recorridos por gentes que saben de sueños y que nos invitan, con las huellas de sus pisadas, a caminarlos.

Lipman, Morin ,Accorinti; personas de distintos aires y años, paisajes y colores, lenguas y palabras, que entrelazadas en un mismo sueño y esfuerzo quieren que este mundo, que nos tocó vivir, celebre a la vida, y niños y niñas tengan la certeza -al menos que esa permanezca- que su humano futuro existe. Ese sueño y esfuerzo habita en el mundo de la filosofía y de la educación
Sin duda se esta hablando de un reforma del pensamiento que permita una verdadera reforma curricular, que enseñe, aprenda y viva el pensar creativo y razonable, aquel que considera dimensiones éticas, cognitivas y estéticas. Aquel que nos permite vivir inquietos y en paz en la incertidumbre y fascinación del caos.
Pensar es comprender, es captar el significado de lo que se lee y se escucha. Pensar es reflexionar, considerar nueva o detenidamente un asunto desde diferentes puntos de vista. Reflexionar -Thibon - es colocarse en situación de duda o admiración ante una realidad que el pensamiento no ha conquistado todavía.
Lo fundamental es que los niños se desarrollen como seres humanos, es decir, que aprendan a pensar. Padres y maestros deben trabajar para que hijos, alumnos, con calma, se planteen la vida como un interrogatorio. Calma que los lleve a reflexionar en profundidad sobre una lectura, pensamiento, etc.
En definitiva, lo más revolucionario es el hecho de pensar, pero en realidad, pensar es lo que tiene mayor capacidad transformadora, y el ejercicio del pensamiento y su extensión, a través del diálogo y la comunicación, puede ser lo que abra posibilidades a una vida plena, a una vida feliz.