martes, 10 de octubre de 2017

MAYORES A ESCENA

DIARIO CÓDOBA / OPINIÓN
El pasado día uno se celebró el Día Internacional de los Mayores, día que pasó prácticamente desapercibido, pero creo que merece atención y reflexión. Lope de Vega, en A mis soledades voy, dice: «Ni estoy bien ni mal conmigo mas dice el entendimiento que un hombre que todo es alma está cautivo en su cuerpo». ¡Cuántas veces he leído este poema! Ayer mismo fue la última y tras escuchar a un anciano que me contaba su vida. Sí, porque, con resignación, se lamentaba de cómo llega un momento en el que el alma no cabe en el cuerpo –decía-, porque una cosa es querer y otra poder.
Me pareció entenderlo bien porque los años, pasito a pasito, nos van segando, o al menos debilitando, facultades a todos, pero como dice Amiel, saber envejecer es la obra maestra de la vida», y no digamos cuánto valor y voluntad hay que derrochar ante el tremendo drama del que se va aproximando a la vejez, sintiendo, no obstante, que su alma sigue siendo muy parecida a aquella con la que jugaba cuando era niño.
El gran drama, creo yo, se profundiza cuando entiendes que los demás creen que ya tienes bastante con estar vivo y que aspirar a tener algo más esta fuera de lugar. De ahí que el interés por los mayores se cifra en conocer su salud física. No obstante, el mayor precisa esa mínima dependencia que le ayude a salir de su monótona vida, esa mínima atención que le haga sentir, no solo que está vivo, sino también activo, ilusionado, con ganas de ir a un teatro, cine, cafetería, viaje etc. porque cuando el alma se hace tan grande y el cuerpo se va achicando, si no se activan los estímulos, la vida se convierte en un coche parado desde el que se ve salir y ponerse el sol y pasar página.

Reflexionemos, pues, y dediquemos algo de nuestro preciado tiempo a esos padres, o a uno de ellos que solo le resta contar  las horas mientras contempla cómo su cabo de «vela» se apaga sin remedio.