domingo, 23 de marzo de 2008

HAY QUE HABLAR CON LOS HIJOS


Hoy más que nunca, y dado el constante bombardeo de imágenes y noticias que se suceden día y noche y que sin ningún tipo de pudor entran y asaltan, mediante la televisión, la intimidad de nuestros hogares, allí donde nuestros niños pasan horas extasiados, es importante hablar con ellos, pequeños y jóvenes, de manera honesta y sincera, sobre lo que ven y oyen.
Una pequeña de tres años –me contaba una madre-, mientras jugaba delante del televisor, exclamó, al escuchar noticias sobre el atentado terrorista: Los hombres que están en la guerra han pegado una bomba en Madrid, y a ver si los cogen pronto y los meten en la cárcel para que no peguen más bombas porque han matado a un bebé. La madre algo sorprendida le preguntó: ¿Y tú cómo sabes eso? A lo que la pequeña con toda naturalidad contestó: Porque me lo ha dicho mi seño.
Hablar con los hijos, con los alumnos es darles a ellos la oportunidad de expresarse, con naturalidad sobre cualquier tema, en tanto que a los mayores nos da la oportunidad de conocer y aclarar las posibles preocupaciones y desvaríos que puedan ocasionarles miedo, inseguridad, tristeza... Pero hay que tener presente que no se trata de hablar a ellos, lo que conllevaría el que sólo habláramos los mayores, mientras los pequeños tan sólo escucharían, algo muy común tradicionalmente dónde sólo había lugar a la voz del padre o del maestro.
En estos tiempos el hablar a los niños hay que sustituirlo por hablar con los niños. Crear el clima adecuado para que formulen sus preguntas, expongan sus temores y adquieran el conocimiento real de las cosas en palabras de aquellos que ocupan el eje de sus inciertos años.
Los niños de infantil y primaria pueden ser los más afectados emocionalmente por noticias y conflictos porque entienden suficiente como para preocuparse, pero no tienen la madurez para enfrentar por si solos la ansiedad que les genera.
Pongamos fin al tiempo de los silencios. Nuestros niños, hoy, no son los de ayer. Deben saber, deben conocer cómo es el mundo con sus gozos y sus sombras

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