DIARIO CÓRDOBA /OPNIÓN / 08/07/2014
Pongan atención, señores, a una
historia singular que, aunque parezca mentira es la pura verdad. ¿Acaso tienen
seguro del hogar? Pues, claro, yo sí y con mi segurito hecho, me dije ahora
tranquila y a esperar que se me rompa un cacharro, que al vecino caiga agua,
que tengamos fuego, o simplemente que se me rompa un cristal. No pasa nada, una
llamadita al seguro y listo en un plis-plas que para eso llevo años pagando sin
incidentes que declarar. Pero, ¡ay, qué aventura en vísperas de Navidad! El
frigo, casi nuevo, al garete se me va y por supuesto con él los extras; un
capital.
Al otro lado del teléfono, el agente pregunta que te pregunta para
concluir al final que un perito, para evaluar los gastos, por mi casa pasará.
Transcurrido un mes, sin cesar de reclamar, el perito, muy
"periteado", al fin a mi puerta llamó y boquiabierta me quedé sin
saber qué contestar. Escuchen y verán: ¿El frigo roto dónde está? Tengo que
verlo para "peritear". Debajo de la cama; no tenía otro lugar, pero
ahí tiene el tique de compra: dos años y un día. ¡No me sirve; necesito verlo
para precisar. Bueno, señora, factura de carnes, pescados, frutas, verduras...,
son precisas para calcular. Pero, ¿cómo tener facturas del solomillo, del
besugo, del marisco...?
Y el perito toma nota sin cesar, hasta que al fin se
despide: pronto noticias tendrá. Al cabo de tres meses el diagnóstico final:
nada de nada: Roto por el uso y facturas sin presentar y si no está conforme
está en su derecho de reclamar.
¡Ah! ¿Qué le cayó agua al vecino? No lo cubre:
filtración. ¿Qué los enchufes estropeó el temporal? De eso nada, que pague la
Comunidad.
Y así mi segurito del hogar se va escaqueando siniestros, y el
recibito domiciliado, fiel y puntual, sube que sube, que te subirás. Pues,
punto final a este inseguro de mi hogar y a buscar otro que luego, ¡Dios dirá!
¿Que será igual? Eso, aceptado está, pero ¿y el gustazo de dar un portazo a gerente, perito, compañía y cambiar?
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