DIARIO
CÓRDOBA / EDUCACIÓN
07/10/2015
A veces pienso que en tantos años de colaboración en este
suplemento, todo o casi todo por mi parte está dicho. No obstante, pasan los
años, pasan generaciones de maestros y alumnos y la escuela permanece
inamovible y es que se precisa decisión y valor para dejar atrás aquellas
certezas que durante nuestra vida han ido arraigando como imperecederas en
nuestro cerebro y configurando nuestra manera de ser y pensar.
Cambiar de mentalidad viene a ser algo así como arrojarse
al vacío con el paracaídas cerrado, pero vale la pena el salto porque nos sitúa
en la realidad presente y nos hace progresar hacia mejor futuro. Quedarse
estancados es negarse a las evidencias. Si queremos, y necesitamos, adultos que
piensen por sí mismos, debemos educar a los alumnos para que piensen por sí
mismos.
Es decir, tiene que surgir en el maestro el pensamiento
rupturista que rompa linealidades y busque aquellos indicios por los que
nuestra época se presenta creativa, crítica, competitiva, selectiva… Epoca
multicolor en personas de distintos aires y años, paisajes y colores, lenguas y
palabras, que entrelazadas en un mismo sueño y esfuerzo quieren que este mundo
sea para los alumnos certeza de que su humano futuro existe.
Ese sueño y esfuerzo habita en el mundo de la filosofía y
de la educación. De ahí el insistir, año tras año, a los educadores en general,
la urgencia de poner en marcha la dinámica que favorezca esta comunidad de
indagación que no se propone, precisamente, convertir a los niños en filósofos
sino en conducirlos hacia el desarrollo de un pensamiento divergente, una
actitud crítica, objetiva, constructiva, sabiendo evaluar el mundo y a sí
mismos.
Los educadores de hoy tienen que ser conscientes de la
necesidad de preparar al alumnado para no dejarse arrastrar por la inmensa
corriente de los medios y saber estar informados objetivamente, para ser libres
en sus elecciones y expresiones, para entender y dar la mano al que viene y al
que va, para ser, en definitiva, ciudadanos universales de un mundo nuevo donde brille el sol sin intereses, sin diferencias,
sin injusticias, sin pobreza…
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