Mas que vecinos
15/02/2011 ISABEL Agüera
Más de treinta años, sí, tantos, colaborando en prensa y es la primera vez que dedico unas palabras desde este medio a mis vecinos, a veintiocho familias que viven bajo mi mismo techo, durmiendo y despertando con idénticos sonidos, compartiendo la mágica fiesta de tantas Navidades, compartiendo, a todas horas, ascensor, escaleras, problemas de comunidad... Intercambiando miradas, sonrisas, palabras...
Muchos años y muchos recuerdos compartidos. Nuestros hijos, aquellos niños de juegos y tareas, no solo crecieron sino que, con lágrimas en el corazón y mil sonrisas en los labios, un día les dijimos adiós, cuando izando alas volaron, respondiendo así a la implacable llamada de la vida, y otro día despedimos a seres queridos que nos dejaron para siempre: padres, maridos, esposas que fueron pasos, saludos, sonrisas... Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, sus voces, día y noche, son ecos que, como canción sin fin, podemos escuchar.
Y aquí, en este bloque, y para nosotros, esa canción corea nombres, vecinos que como luminoso eco repite: Aunque nuestra voz haya callado, nuestro corazón os sigue hablando... A todos, sí, porque más que vecinos somos una gran familia. También nosotros hemos crecido, nos hemos ido quedando solos, con achaques, con ilusiones, tal vez, marchitas, con pasos cada día más inciertos, más cortos, más lentos... No obstante, siempre un vecino a mano para seguir compartiendo los días con sus luces y sombras. No son muros los que nos separan sino débiles paredes por las que hasta la respiración es como grito en negra noche de momentos.
Son muchas las comunidades de vecinos, auténticos archipiélagos en medio del inmenso mar que es el mundo, vecinos que ni tan siquiera se conocen, se miran... Bajo el mismo techo, bajo el mismo cielo, mis vecinos y yo seguimos haciendo camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario