jueves, 6 de noviembre de 2014

Espectáculo de la noticia


DIARIO CÓRDOBA/ OPINIÓN 
ISABEL Agüera 06/11/2014

Ni que decir tiene que condeno como el que más esta corrupción que cunde y se esparce como espesa niebla que oscurece el sol de nuestras más mínimas esperanzas.
Sí, repruebo, condeno, reprocho y sumo todos los sinónimos que pueda haber a este escenario de meter la mano en bolsillos ajenos. Así me lo enseñó el más honrado de los hombres, mi padre. Pero también me enseñó que no hay que hacer leña del árbol caído. Me refiero, ante todo, a esos programas que hacen espectáculo  diario de la noticia, exhibiendo vídeos, dando exhaustivas e innecesarias explicaciones que sí, que son alimento para el morbo tan necesario en estos tiempos, convertido en imprescindible para crear audiencias, pero que no dejan de ser humillantes, denigrantes, vejatorias, etc. No pensamos, cuando aplaudimos con nuestra atención incondicional, que tras otra pantalla, posiblemente haya una madre, un padre, un hijo, que llora... 
¡Pues claro que me duele que mi país sea contado por el mundo como una cueva de ladrones!, pero alegrarnos del mal ajeno, aplaudirlo y convertirnos en jueces implacables, seguidores fieles del espectáculo televisivo, contando y recortando, quitando y poniendo como en el conocido chiste de los soldados y el eclipse de sol, no deja de ser un echar leña al fuego con el peligro de que ardamos todos.
Por otra parte ¿quién está libre, y esto no justifica nada, de pecado? Porque a ver, que levante la mano quién no haya intentado engañar a su seguro, a hacienda, quien no haya buscado la forma de escatimar el IVA, quien haya devuelto el dinero que le dieron de más... 
Mi padre también me enseñó a ver, oír y callar. Eso es lo que deberíamos hacer: informarnos bien, tratar de hacer objetivos, callar, pero claro, en democracia, yo añado: y votar, votar en conciencia y responsabilidad.

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