CARTAS AL DIRECtTOR
Agradecimiento: Hospital
San Juan de Dios
Hay una frase de Baltasar
Gracián que me gusta especialmente y que he aplicado a personas en alguna
ocasión: Por grande que sea el puesto --dice-- ha de mostrar que es mayor la
persona que lo ocupa. Movida, en esta ocasión, por las circunstancias que he
vivido en el último mes, vuelvo a la frase para ser agradecida y sobre todo
justa con el personal, en general, del gran Hospital San Juan de Dios que
tenemos en nuestra ciudad y sobre todo con los excelentes profesionales don
Antonio Serrano y don Gaspar Sánchez Castillejo. Doctores que, efectivamente,
como personas superan al gran cometido de constantes operaciones quirúrgicas
exitosas que practican a diario.
Hay otra frase que empiezo por aplicarme
diariamente y que como nítido cristal he sentido, más que leído, en el aurea de
estos grandes médicos: hay un Dios en cada hombre. Con frecuencia nos
interrogamos sobre la existencia de Dios al que desearíamos ver colgado del
cielo solucionando nuestras vidas para poder creer, pero mi fe, sencillamente,
se queda en la tierra, cerca de nosotros en cada gesto de ternura, de cariño,
de ánimo, en cada ser humano que nos sonríe, que nos escucha, que, como en este
caso, nos salvan del dolor e incluso de la muerte.
Gracias, pues, a todos,
doctores y personal porque me habéis hecho fácil lo difícil, porque no habéis
regateado, ni de día ni de noche, en atenciones y mucha humanidad. Excelente
lección que os agradezco en el alma.
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