DIARIO CÓRDOBA/OPINIÓN
17/2/2015
ISABEL AGÜERA
¡Y menuda sorpresa! Carta de
la seguridad social aterriza en mi buzón entre un motón de papelotes de
propaganda, pero, ¡cómo se hacía notar! Atropelladamente la abrí, mientras casi
temblando deshojaba la margarita: bueno, malo, bueno.... ¡Tres folios por las
dos caras! Sobrevolé por los renglones hasta que, como sí palpitará en
fuerte taquicardia, tropecé con la palabra subida y unas cifras astronómicas
que al día de hoy sigo sin saber qué interés tienen para los bolsillos.
Un respiro, con la palabra subida, una gozosa parada, tomar aire y seguir
leyendo.
¡Ea, que sí, que 0'25 por
ciento! ¿Y cuánto es eso? -me pregunté como un párvulo en matemáticas-. Folio,
boli y cuentas y más cuentas a la antigua usanza con su mijita de inclinación y
todo, pero nada, 0'25 por ciento me daba 25 céntimos por cada. 100 euros. O sea
por cuatrocientos euros, un euro de subida. No, no podía ser -me decía-, y más
cuentas, reglas de tres y hasta consultas a expertos por si acaso. Pero el
dichoso 0'25 seguía inmutable en resultados. Euro por cada 400. Bueno -me
dije-, me podré dar un caprichito, pagar luz, pagar medicamentos,
comunidad e impuestos y hasta podré subir mi donación al chico del semáforo. Un
euro por cada 400 da para mucho.
¡Qué pena de tantos jubilados
que, a boca cerrada, aceptan y callan porque, ¿quién los va a
escuchar? Acostumbrados a privaciones y trabajos en tiempo difíciles,
esperaban una mejor vejez que se disipó en papales más caros que su retumbante
subida.
El arte de envejecer es el
arte de conservar alguna esperanza pero cuesta mantener alguna ilusión con tan
tristes expectativas.
En fin,
señores subidores de pensiones, una servidora como es solidaria, generosa y
“mu” requetebuena les regala sus 0'25 céntimos para que se tomen algo a
mi salud y porque dice mi monedero que es pobre pero digno y que esos céntimos
son un insulto.
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