Carta personal
05/01/2010 ISABEL Agüera
05/01/2010 ISABEL Agüera
Queridos Reyes Magos: Este año he sido buena... ¿Estoy escribiendo a los tres Reyes de un plumazo? ¿Y cuál de los tres se va a responsabilizar de la historia de mis bondades y me va a dejar en mis brillantes zapatos los regalos que voy a pedirles?
No, lo suyo sería dirigirme a uno contarle mis aventuras y desventuras, preocuparme por su salud y la de toda su familia y, en fin, rematar la carta con unos reglones de cruces y ceros que según decía Carmina, cuando escribía a su quinto, significan besos y abrazos.
Y digo lo de la carta personalizada porque hay que ver la historia de los correos masivos que nos llegan cada día, y máxime en estas fiestas, al buzón de nuestro ordenador que dice que no puede más, que va a reventar.
La verdad es que aquella costumbre de escribir cartas de puño y letra se nos fue al traste con el invento de los email, y es una pena porque era todo un ceremonial los ritos que conllevaba: hora, lugar, papel y hasta el perfume, a veces, como sello de autenticidad y presencia. Pero sobre todo el destinatario. ¡Qué calidez leer una carta personal! ¡Y como vigilábamos la llegada del cartero! Pero RIP, pues, a las cartas personales. Y, bueno, el invento del correo electrónico no está mal del todo con tal de que, mientras se escriba, uno esté pensando en el destinatario, en sus problemas, en sus gustos, etc.
Pero no, lo que mola es un clic y quinientas o mil direcciones con un insustancial mensaje y un PPS de regalo o, mejor, si podemos, con la imagen de nuestro último invento.
Yo creo que se ofende a los amigos con estos procedimientos.
Así que mi carta de reyes la dirijo a su majestad Gaspar. ¿Y qué le pido? Este año, nada; le adjunto un chequecillo porque con esto de la crisis, debe andar chungo y mejor dar que pedir.
Y eso sí, me alegraré que al recibo de esta, la familia, la salud y, cruces y ceros a porrillo que eso calienta y es barato.
* Maestra y escritora
* Maestra y escritora
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