martes, 29 de septiembre de 2009

Otro discurso


Otro discurso
29/09/2009 ISABEL Agüera

Un tremendo empacho la tele, la radio, la prensa... Sí, cadenas que se radicalizan, cadenas que divulgan mensajes que de forma descarada promueven la ordinariez, el mal gusto, la violencia. Sin ir más lejos, la palabra "mato" se repite a diario en algunos programas y se ríe, se corea, se aplaude y hasta los niños la repiten en sus juegos. ¡


Qué barbaridad! ¿Es que no hay quién que ponga freno a este tipo de cosas? Me declaro a favor del progreso, de la libertad de expresión, me declaro tolerante..., pero los límites existen para todo. Y, bueno, me declaro cada vez más Eremita del Silencio.


Sí, voy acallando voces que son ruidos, cantinelas que enrarecen todo lo que desfila ante nuestros ojos, todo lo que imaginamos, soñamos, todo lo que como seres humanos nos pertenece.


Pero hay otro discurso, oculto cada vez más, en ese paisaje de ensueños en el que sigue siendo imposible ver un amanecer o una puesta de sol y no emocionarse, paisaje, discurso donde mis lágrimas de hoy tienen sobrada justificación: la muerte de mi tórtola, compañera, amiga, testigo de mis pasos durante más de treinta años, aquí, en mi terraza, arrullando mi presencia, revoloteando a mis palabras, comiendo de mi mano, agradecida siempre a mis básicos cuidados. ¡Dios qué sola me ha dejado y cuánto la echo de menos!


La he sembrado en una maceta de albahaca. Con ella, mi epitafio: Perdóname. Sí, por imaginar que sabías que te amaba y no decírtelo tantas veces como te hubiera gustado escucharlo, por no haber valorado en su justa medida tu compañía, por haberte poseído sin respetar la belleza de tus alas tan blancas. Si volvieras a la vida, te acunaría en mi regazo, te besaría día y noche y juntas huiríamos a ese valle del silencio y allí, sentadas en un escalón callejero, bajo la luz de la luna, nos quedaríamos para siempre, muy lejos de tantos ladrones de sueños, de vida.
* Maestra y escritora

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