DIARIO CÓRDOBA/ OPINIÓN
ISABEL Agüera
05/11/2013
Mi nieto de siete años me preguntaba: ¿Abuela, tú
vas a ir al cementerio a llevar flores al abuelo? Mañana es el día de los
muertos, ¿no?
Por supuesto que le contesté con mi verdad porque, por mucho que
digamos que los niños de ahora no saben nada de nada, ¡a bien que no preguntan,
opinan, piensan, etc.! Y bien, alguien que leyó mi respuesta en el blog que
dedico a mis nietos, exclamó: ¡buen tema para un artículo! Y en ello estoy.
Verás --le dije--, a mí me gusta ir al cementerio, cuando quiero o necesito
pasar un rato de paz, de tranquilidad, un tiempo, aunque sean unos minutos, de
estar frente a la losa del abuelo, limpiarla, ponerle flores y recordarlo de
forma muy especial. Y eso que yo quiero, en estos días, es imposible, porque
hay gente a montones por todas partes, hombres que te ofrecen desde escaleras
hasta hacerte fotografías junto a las tumbas, etc. El cementerio, así, es más
un baratillo que otra cosa. Y a mí no me gusta nada de eso. ¿Entiendes?
Por
otro lado, todas esas cosas que se llevan y traen a los difuntos es como una
obligación o devoción más, pero que daría lo mismo poner esas flores a la
fotografía del ser querido en nuestra casa.
Y la razón es muy sencilla: allí no
está, en nuestro caso, el abuelo, allí no están sus palabras, sus pensamientos,
allí no está su vida, su alma que, si somos creyentes, pensaremos que está con
Dios y, si no lo somos, con más razón pensaremos que no hay nada de nada.
Pero
el niño, con más luces que una feria, me volvió a peguntar: ¿Y por qué vas al
cementerio si dices que allí no está el abuelo? Porque están sus restos,
precioso, y es una forma de mantener cuidado, limpio y "adornado" el
lugar donde se guardan, pero respeto lo que hagan los demás. ¿Entendido?
¡Regulín, regulín! --exclamó.
¿Y tú dónde crees que está el abuelo? ¡Uf, otro
día! ¿Vale? Vale, pero que no se te olvide, ¿vale? Vale.
No hay comentarios:
Publicar un comentario